Por Qué Prosperan los Impíos? 5 Razones Esenciales Según la Biblia

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¿Qué significa ser un impío? ¿Es un no creyente un impío?


Estas son preguntas que muchos cristianos se plantean cuando observan la aparente prosperidad de personas que no comparten su fe. A veces parece que a los impíos les va bien mientras que muchos creyentes enfrentan dificultades. ¿Quién o qué prospera a un no creyente? ¿Qué piensan los no creyentes de Dios y les importa realmente?

Un Análisis desde la Perspectiva Cristiana

Definición de Impío

La palabra «impío» en la Biblia se refiere a alguien que vive sin respeto ni reverencia por Dios y sus mandamientos. Un impío puede ser un no creyente, pero también puede ser alguien que, aunque afirme creer en Dios, vive de manera contraria a Sus enseñanzas. En el Salmo 1:4-6, se hace una distinción clara entre los justos y los impíos:

"No así los malos, que son como el tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá."

Otra Definición:

Impío, Malvado Nombres Rasha˓ (רָשָׁע, 7563), «malvado; impío; culpable». Rasha˓ se encuentra solamente en hebreo y arameo tardío. El vocablo aparece unas 260 veces como nombre o adjetivo, particularmente en la literatura poética veterotestamentaria. Son contados los casos en el Pentateuco y en los libros históricos. Es más frecuente en los libros proféticos.

El significado estricto de rasha˓ se relaciona con el concepto de «maldad» o de «ser culpable». Es un término jurídico. La persona que ha pecado contra la ley es culpable: «Los que abandonan la ley alaban a los impíos [«malvados» NVI], pero los que guardan la ley contenderán con ellos» (Pr 28.4 RVA). En ocasiones cuando la justicia no prevaleció en la historia de Israel, los «culpables» se exoneraban: «Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra» (Pr 29.2; cf. 2 Cr 6.23).

Rasha˓ también denota la categoría de personas que, habiendo cometido males, aún viven en pecado y están resueltos a seguir pecando. Este es el sentido general del término. El primer salmo exhorta a los piadosos a no imitar las acciones y la conducta de las personas impías y malvadas. El impío no procura a Dios (Sal 10.4); le desafía (Sal 10.13). El «malo» ama una vida entregada a la violencia (Sal 11.5), oprime a los justos (Sal 17.9), no paga sus deudas (Sal 37.21) y tiende lazos para atrapar a los justos (Sal 119.110). El Sal 37 ofrece una descripción dramática de las acciones de los «impíos» así como del juicio de Dios sobre ellos. Frente a la terrible fuerza de los «malvados», los justos claman por su liberación y exigen el juicio divino sobre los «impíos».

El tema de juicio se plantea desde Sal 1.6: «Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá». Las expectativas de los justos incluyen el juicio de Dios sobre los «malos» en esta vida para que sean avergonzados (Sal 31.17) y los alcancen las penas (Sal 32.10); que los atrapen en sus propios ardides (Sal 141.10), que su muerte sea prematura (Pr 10.27) y que no haya más memoria de ellos (Pr 10.7). Además, a la hora de la muerte habrá grande regocijo: «En el bien de los justos la ciudad se alegra: Mas cuando los impíos perecen, hay fiestas» (Pr 11.10 RVA; «grito de alegría» RVA).

El juicio de los «malvados» se resalta con mucho énfasis en Proverbios. Aquí los autores contrastan las ventajas de la sabiduría y justicia y las desventajas de los «malos» (cf. 2.22 RVA: «Pero los impíos serán exterminados de la tierra, y los traicioneros serán desarraigados de ella»). En Job se plantea la pregunta de por qué no son cortados los «impíos»: «¿Por qué viven los impíos, y se envejecen, y aún crecen en riquezas?» (21.7). El Antiguo Testamento no ofrece una respuesta clara a esta interrogante. Malaquías predice una nueva era en la que la distinción entre los justos y los «malos» se esclarecerá y en que los justos triunfarán: «Entonces os volveréis y podréis apreciar la diferencia entre el justo y el pecador, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve» (Mal 3.18 RVA).

La Septuaginta tiene tres traducciones de rasha˓: asebes («impíos»); jamartolos («pecador») y anomos («sin ley»).

En el Antiguo Testamento hay otros dos nombres afines. Resha˓, que se halla unas 30 veces, generalmente significa «maldad o impiedad»: «Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac, y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad, ni a su pecado» (Dt 9.27). Rish˓ah, que aparece unas 15 veces, tiene que ver con «maldad» y «culpa»: «Por mi justicia Jehová me ha traído para tomar posesión de la tierra. Porque por la impiedad de estas naciones es que Jehová las echa de tu presencia» (Dt 9.4 RVA).

Adjetivo rasha˓ (רָשָׁע, 7563), «malo; malvado; culpable». El mismo término sirve también como adjetivo. En ciertos casos una persona puede ser tan culpable que merece la muerte: «Cuando haya pleito entre algunos y acudan al tribunal para que los juzguen, absolverán al justo y condenarán al culpable» (Dt 25.1 RVA). Las cualidades de alguien «malvado» ameritan que se le llame una persona «impía»: «¿Cuánto más a los malos hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora pues, ¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra?» (2 S 4.11; cf. Ez 3.18–19).

Verbo rasha˓ (רָשָׁע, 7561), «ser impío, actuar impíamente». Este verbo se deriva del nombre rasha˓. Hay una raíz similar en etíope y en árabe, con el respectivo significado de «olvidar» y «estar suelto». Este verbo aparece en 2 Cr 6.37: «[Si] ellos volvieren en sí en la tierra donde fueron llevados cautivos; si se convirtieren, y oraren a ti en la tierra de su cautividad, y dijeren: Pecamos, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos hecho».

La Prosperidad de los Impíos

Uno de los temas recurrentes en la Biblia es la aparente prosperidad de los impíos. El Salmo 73 es un pasaje clave que aborda esta cuestión. Asaf, el autor del salmo, confiesa su confusión y envidia al ver la prosperidad de los malvados: «Porque tuve envidia de los arrogantes, viendo la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, pues su vigor está entero» (Salmo 73:3-4). Sin embargo, Asaf llega a una comprensión profunda cuando entra en el santuario de Dios y ve el fin de los impíos: «Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos. Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer» (Salmo 73:17-18).

Cinco Razones Bíblicas por las Que los Impíos Parecen Prosperar

1. La Gracia Común de Dios 
  • Dios muestra su gracia y bondad a toda la humanidad, independientemente de su fe. En Mateo 5:45, Jesús dice: «para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.» Esto significa que tanto los impíos como los justos pueden recibir bendiciones materiales.
2. La Libertad del Libre Albedrío 
  • Dios ha dado a cada persona la libertad de tomar decisiones, lo que incluye la capacidad de obtener riqueza y éxito a través de sus propios esfuerzos, incluso si sus métodos no siempre son justos o éticos. Esta libertad puede resultar en la prosperidad de los impíos.
3. La Prueba de Fe para los Justos
  • La prosperidad de los impíos puede servir como una prueba para la fe de los justos. En Salmo 73:3-4, Asaf expresa su confusión al ver la prosperidad de los malvados, pero esto lo lleva a una mayor comprensión de la justicia y los caminos de Dios.
4. El Juicio Diferido de Dios
  • La prosperidad de los impíos puede ser temporal y no refleja su destino final. En Salmo 73:17-18, Asaf comprende el fin de los impíos al entrar en el santuario de Dios: «Hasta que entrando en el santuario de Dios, comprendí el fin de ellos. Ciertamente los has puesto en deslizaderos; en asolamientos los harás caer.»
5. La Influencia de Satanás
  • Satanás puede otorgar prosperidad temporal para desviar a las personas de Dios. En Mateo 4:8-9, Satanás ofrece a Jesús todos los reinos del mundo a cambio de adoración, demostrando que puede ofrecer poder y riquezas para engañar y alejar a las personas de la verdad.

Cinco Razones Bíblicas por las Que los Justos Enfrentan Dificultades

1. Pruebas de Fe
  • Las dificultades pueden ser una manera en que Dios prueba y fortalece la fe de los justos. En Santiago 1:2-4, se nos anima a considerar las pruebas como una oportunidad para crecer en fe y perseverancia.
2. Disciplina y Corrección Divina
  • Dios disciplina a aquellos a quienes ama para corregir sus caminos y guiarlos hacia la justicia. En Hebreos 12:6, se dice: «Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.»
3. Testimonio de Fe
  • Las dificultades pueden servir como un testimonio poderoso de fe para otros. En 2 Corintios 12:9-10, Pablo habla de cómo su debilidad se convierte en una oportunidad para que el poder de Cristo se perfeccione y se haga evidente a través de él.
4. Purificación y Santificación
  • Las pruebas y tribulaciones pueden tener un propósito purificador, ayudando a los justos a crecer en santidad. En 1 Pedro 1:6-7, se explica que las pruebas vienen para refinar nuestra fe, que es mucho más preciosa que el oro.
5. Preparación para el Servicio
  • Las dificultades pueden preparar a los justos para el servicio y el ministerio, capacitándolos para ayudar a otros en sus propias pruebas. En 2 Corintios 1:3-4, se nos dice que Dios nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que podamos consolar a otros con el consuelo que hemos recibido de Él.

Conclusión

Aunque la prosperidad de los impíos y el sufrimiento de los justos pueden parecer desconcertantes, la Biblia nos ofrece una perspectiva más amplia. Nos recuerda la gracia común de Dios, el propósito redentor del sufrimiento, el plan soberano de Dios, la naturaleza temporal de la prosperidad terrenal y la justicia eterna en el juicio final. Confiar en estas verdades puede brindar consuelo y esperanza a los creyentes que enfrentan pruebas y dificultades en este mundo.

Oración Final

Amado Dios, Padre Celestial, venimos ante Ti con corazones humildes y agradecidos por Tu infinita sabiduría y amor. Reconocemos que a veces no entendemos por qué parece que los impíos prosperan mientras muchos de Tus hijos enfrentan pruebas y dificultades. Te pedimos que nos des discernimiento y fortaleza para confiar en Tu plan perfecto y en Tus tiempos.

Señor, ayúdanos a mantener nuestra fe firme en medio de las adversidades, sabiendo que Tú eres nuestro verdadero refugio y fortaleza. Danos la sabiduría para distinguir entre la prosperidad temporal que ofrece el mundo y la verdadera prosperidad que proviene de una vida en comunión contigo.

Protege nuestros corazones de las tentaciones y engaños de Satanás, y guíanos siempre por el camino de la justicia. Ayúdanos a vivir de acuerdo a Tus mandamientos, buscando primero Tu reino y Tu justicia, sabiendo que todo lo demás nos será añadido según Tu voluntad.

Te pedimos que bendigas a todos los que buscan Tu rostro con sinceridad y que les des paz, propósito y vida en abundancia. Que en todo lo que hagamos, Te honremos y glorifiquemos, reflejando Tu amor y verdad en este mundo.

En el nombre de Tu Hijo amado, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, oramos. Amén.

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