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¿Planear o volar alto?

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¿Planear o volar alto? Por Luis Cacciaguerra para www.devocionaldiario.com H ay personas que dada su extraordinaria capacidad y practicidad son capaces de hallar una solución para cada problema. Son esas personas que gozan de cierto éxito, que reman con efectividad por las adversidades de la vida. En cambio hay quienes tienen un problema para cada solución. He conocido gente así. Siempre buscando la complicación a todas las cosas. Toda la vida estudiando, haciendo planes. Eximios estudiantes en las escuelas, academias, universidades, pero pésimos actores en el escenario de la vida. No puedo menos que sentirme identificado con éste último grupo. Cuando cerró este año recientemente pasado, me pregunté: “¿Qué pasó con mis sueños?”. Uno de los síntomas de depresión –no el único ni lo que define ese estado, claro está– es no tener deseos por nada, proyectos de vida, haber renunciado a los sueños. Parafraseando a nuestro genial Quino, tal vez me

Con los brazos abiertos

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Con los brazos abiertos Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com L os brazos abiertos generalmente son símbolo de entrega, de brindarse; de intención, del ofrecimiento de un abrazo o esperar la respuesta de uno. Pero el gesto, sin importar la dirección ni el objeto afectivo siempre lleva implícito el hecho de darse a sí mismo sin reservas. Un abrazo es capaz de trasmitir lo que no transmite un beso, una caricia u otras expresiones afectivas. Un abrazo es profundo, es acercar el alma a la del otro. Poner corazón con corazón. Inspira seguridad, sensación de protección, cercanía. Como seres humanos y creyentes, necesitamos el amor. Si necesitamos tanto brindar como recibir amor, también necesitamos un abrazo. Un abrazo comienza, se ofrece, se demanda, se revela su intención, con un gesto inicial: los brazos abiertos. Un bebé lo sabe instintivamente. Abre sus bracitos cuando necesita el cálido y protector abrazo, la cercanía de papá o ma

Creo, por eso a veces dudo

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Creo, por eso a veces dudo Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com   “Proposición que se asienta por firme y cierta y como principio innegable de una ciencia”. “Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión”. Son algunas de las acepciones que el diccionario de la R.A.E. asigna a la palabra “dogma”.   Es decir: “esto es así y no de otra manera”. Nuestra fe no se trata de la aceptación pasiva y/o sumisa de un conjunto de enunciados y/o bases establecidas por la institución religiosa o sus pastores, sobre la iglesia, la vida, Dios y la espiritualidad; sino que resulta ser más bien, el acto voluntario de hacerse con “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Es por eso que a veces, debo reconocer que la duda me inquieta. Y en este sentido, debo reconocer, además, que ha habido períodos en mi vida donde he disfrutado y gozado de una íntima comunión con Dios. Otras veces,

Equilibrio "pecadológico"

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Equilibrio “pecadológico” Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com E n la naturaleza, se da lo que se denomina “equilibrio bacteriológico”. Tiene que ver con la constante lucha entre los microorganismos que destruyen el cuerpo y aquellos que lo defienden de tales ataques. Mientras exista un equilibro, podemos afirmar que el cuerpo está “sano”. Esto de ninguna manera significa que está absolutamente libre de los microbios nocivos. Lo que en realidad quiere decir es que los microorganismos dañinos están presentes, pero de alguna manera permanecen controlados. Nuestro cuerpo corruptible, a pesar de hallarse inmerso en este mundo degradado fuera del Edén sigue siendo una máquina admirable, maravillosa. Cada minuto, cada segundo, dentro de él se libran intensas batallas entre las huestes del bien y las del mal. Entre los microorganismos invasores, tales como bacterias, virus, microbios; y los soldados que están para defenderlo de estos ataque

Cuando la vida me pase la factura

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Cuando la Vida me pase la factura Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com E l lugar donde me ha tocado en gracia vivir es típico de montaña. Arido, seco, días con amplitudes térmicas significativas… como que la montaña está a unos pocos kilómetros de casa. Tan es así que una mirada hacia el oeste desde cualquier punto de la ciudad tiene como fondo la imponente e indescriptible belleza de la cordillera de Los Andes. Al transitar el camino hacia Chile, cuyo punto más alto se encuentra en el Túnel Internacional “Cristo Redentor” a unos 3.750 metros sobre el nivel del mar, los cerros parecen estar ahí a tan sólo unos pasos delante nuestro. A medida que avanza el auto, parecen ir acompañando el movimiento y corriéndose hacia atrás. Es que son tan grandes, que parecen estar a unos pocos pasos, pero en realidad están a kilómetros de distancia. Pero el hecho más curioso y sorprendente es que al detenerse a un costado del camino y echar u

Escrito en la Biblia mas no en el corazón

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Escrito en la Biblia, mas no en el corazón Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com C uando era maestro de la Escuela Dominical, era muy joven y estudiaba mucho. No sólo las lecciones que debía presentar a mis alumnos, sino que también estaba cursando el Instituto Bíblico y por si esto no fuera suficiente, estudiaba por mi propia cuenta muchos otros temas bíblicos. A veces mis pequeños alumnos hacían preguntas realmente de alto vuelo espiritual y me tenía que poner a investigar y estudiar muy en serio para ofrecerles una buena respuesta. Después de todo, ellos se lo merecían y yo para eso estaba: para servirles y enseñarles. Hoy me parece increíble que niños de entre diez y doce años hicieran preguntas tan interesantes. Fue un tiempo muy lindo. Disfruté mucho enseñarles y estudiar junto con ellos. Aprendí mucho de ellos y de sus padres. Todo eso me apasionaba, me incentivaba, me desafiaba a aprender y estudiar más y más. Y eso me gustaba

Cadena de favores

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Cadena de favores Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com H ace muchos años, en cierta época de nuestras vidas, nos hallábamos ante una encrucijada, sin saber a dónde ir, ni qué hacer. Distanciados de Dios por largo tiempo, todas las instancias para hallar la salida al problema parecían haberse agotado. Un día se presentó un pariente con la “solución” a nuestros pesares. Nos proveyó los contactos necesarios, hablamos con varias personas… y al cabo de cierto tiempo –unos pocos meses– esa triste etapa de nuestras vidas había quedado definitivamente atrás y hoy emprendíamos un nuevo camino lleno de esperanzas, agradecidos y ya algo más cerca de Dios por el milagro recibido. Al menos así es como lo vimos nosotros. Todo anduvo bien los primeros tiempos. Ambas familias, la de este pariente y la nuestra parecieron haberse fusionado en una nueva etapa. Comíamos juntos, nos visitábamos muy frecuentemente, nos ayudábamos mutuamente… Pero