El hombre de la mano seca

Por: Bibliatodo Reflexiones
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Publicado con permiso
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«Y cuando él partió de allí, entró en la sinagoga de ellos; y he aquí, había un hombre que tenía la mano seca”, Mateo 12: 9-10.

La Biblia nos presentan la historia de un hombre que tenía una enfermedad, tenía la mano seca. Aunque este hombre probablemente podría estar acostumbrado a ello, habría muchas cosas que no haría porque tenía una limitación.

La historia cuenta que este hombre estaba en la sinagoga, cuando llegó el momento de su milagro. Sin saberlo, estaba a punto de recibir la liberación de una situación incómoda; estaba en el lugar correcto y en el momento correcto.

Quizás escuchó sobre Jesús muchas veces, pero nunca pensó que iba a tener el privilegio de experimentar el amor y la misericordia de Dios en su vida.

Hasta ese momento, cuando Jesús entró al lugar y cambió su vida para siempre. Jesús le dijo que hiciera una cosa y él obedeció.

«Extiende tu mano», le dijo (Jesús) al hombre (Mateo 12:13).

Quizás, el hecho de mostrar una imperfección frente a muchas personas no fue tan fácil para este hombre, pero el milagro de sanidad recibido valió la pena.

Entonces, cuando extendió la mano, «quedó completamente restaurada, tan sana como la otra”, (Mateo 12:13).

Este es un momento perfecto para preguntarte: ¿Cuál es esa área marchita en tu vida? Jesús está aquí para sanar esa área. Como lo hizo el hombre de la historia, solo tienes que confiar en Él. Lo único que tienes que hacer es reconocer tu debilidad y confiar en que Dios te sanará.

Vivir con resentimiento, ira o falta de perdón marchita tus emociones. Entrégale a Dios todo lo que tienes en tu corazón y obedécelo, ¡Él quiere curarte!