LAS HUELLAS DE UN CORAZÓN AGRADECIDO
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Publicado con permiso
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Cuando somos agradecidos siempre dejaremos huellas en la vida de otras personas. Un simple gesto de gratitud puede hacerle el día diferente a quienes están a nuestro alrededor.
Dios se deleita en un corazón agradecido; bíblicamente vemos el ejemplo de David, «un hombre con el corazón conforme al de Dios». Y nos preguntamos ¿cuál sería el secreto de este hombre para tener tal título? Pues, su secreto radicaba en la gratitud habida en su corazón, la cual vemos plasmada en cada uno de los salmos, en los cuales no se cansa de alabar a Dios por cada uno de los favores recibidos.
Las huellas de un corazón agradecido son:
Agradece en todo tiempo
Una persona agradecida, no deja pasar la oportunidad para reconocer a quienes le han tendido la mano. Con una sonrisa o un pequeño gesto de satisfacción, puede demostrar agradecimiento a quienes le rodean.
Debemos entender la importancia de la palabra «gracias». Cuando somos agradecidos, vemos la vida de una manera diferente, dando valor aquellos que nos rodean, considerándolos como parte del equipo, y apreciando sus talentos y capacidades.
Tiene paz
Claramente una persona que está agradecida es alguien que ha visto la misericordia de Dios de su lado, por eso vive todos los días dando gracias a Dios por haberlo ayudado en medio de las situaciones difíciles. Es por ello que tiene paz en su corazón, porque recuerda cada día las grandes maravillas que Dios ha hecho y sabe de antemano que cualquier circunstancia por muy difícil que sea, está en las manos de Dios y Él tiene todo bajo control
Ora sin Cesar
Cuando una persona está agradecida, la oración se convierte en un deleite. Una persona favorecida por Dios, no ora por compromiso, lo hace por amor, porque sabe que es en la oración donde gana sus batallas y recibe todas sus bendiciones.
Proclama las maravillas de Dios
Un corazón agradecido testifica a otros las grandes maravillas que Dios ha hecho en su vida. No se cansa de proclamar las grandezas del Señor, sino que sabe que al hacerlo da honra al que le llena de gracia y de favores.
Vive para bendecir a otros
Alguien que recibe constantemente el favor de Dios vive para bendecir a otros, porque ha entendido que mejor es dar que recibir y que todo lo que siembra a otros le será multiplicado por su Padre Celestial.
Hace todo con amor
Todo lo que hace, lo hace con amor, sabiendo que el servir a otros es servir a Dios; no hace nada por vanagloriarse, al contrario da gloria al Señor con su trabajo y cada una de las cosas que hace, tanto en el ministerio como fuera de él.
Es un buen mayordomo
Hospeda y da pan al necesitado; se conduele de las necesidades de sus hermanos y hace todo lo posible por suplirlas. Sabe que las bendiciones que ha recibido del Señor son para compartirlas con otros. No se hace indolente ante la necesidad del menesteroso, más bien mira a Jesús y sigue su ejemplo.
«Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús», 1 Tesalonicenses 5:18.
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