Alabanza y adoración-Nuestra deuda con Dios

Paul Washer
Teología Sana
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¿Cómo puede la criatura no adorar a su creador y sustentador? La deuda que tenemos con Él no puede medirse. ¿Existiría algo si Él no hubiera hablado? ¿No se tornarían todas las cosas inmediatamente en un caos y destrucción si Él no las sostuviera? ¿Podrían encontrar las constelaciones y los planetas su rumbo sin Él? ¿No pasarían los mares sus límites y se tragarían la tierra si la mano de Dios no los refrenara? ¿Podría el hombre dar un suspiro más si no le fuese concedido por Dios? Entonces, ¿cómo podemos no adorar? No sería un error decir que el propósito principal de la creación y especialmente de la humanidad es adorar al Dios que los creó y por cuyo poder y fidelidad son sustentados.

La adoración a Dios es nuestro privilegio más alto y mayor responsabilidad. Cuando le adoramos, estamos cumpliendo finalmente el propósito por el cual fuimos creados.

Fragmentos extraídos del Libro “Conociendo al Dios vivo” pág. 191


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