Llamados a meditar para obedecer su palabra
Alex López
La Catapulta
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Según el diccionario, meditar es: “pensar y considerar un asunto con atención y detenimiento para estudiarlo, comprenderlo bien, formarse una opinión sobre ello o tomar una decisión.”
Moisés ha muerto. Su asistente Josué a tomado el liderazgo de todo el pueblo de Israel. Y, en uno de los peores lugares para vivir, el desierto. ¿Qué le ordena Dios?
“Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas. Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito. Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas».” Josué 1:7-9
Dios le ordena a Josué, que tenga mucho valor y firmeza para obedecer la ley. Dirigir a este pueblo, demanda en primer lugar, obediencia al corazón de Dios para normar la relación con él y del prójimo hacia el prójimo. ¿Cómo llegar a ese punto de obediencia?
Dios le ordena a Josué a recitar el libro de la ley. Esto es leerlo en voz alta o recitar de memoria. Pero no basta en conocer, que es el propósito de recitar. El conocimiento puede existir sin entendimiento. Conozco sobre los beneficios del ejercicio, para hasta que hago ejercicio, entiendo el conocimiento del ejercicio.
La segunda orden es a meditar en el libro de Dios. Cuando mencionamos la palabra meditar, la mayoría de personas piensan en vaciar la mente, dejar de pensar en algo y otras cosas más. Pero la meditación incluye plena atención al estudiar algo.
No basta con leer. Josué es llamado a meditar en el libro de la ley de Dios. El propósito de meditar es comprender algo bien, para, decidir y vivir bien.
Leer la Biblia, nos debe llevar a meditar en ella. ¿Qué dijo Dios?, ¿A quién se lo dijo?, ¿Qué significó para ellos?, ¿Qué significa esto para mí?, ¿Cómo se aplica a mi día a día en todo tiempo y lugar?, ¿A qué cosas debo morir?
Y, por último, Dios manda a Josué a cumplir. Los creyentes queremos recitar y cumplir. Pero, ¿Hemos meditado en su palabra y esta ha viajado a nuestra cabeza y luego, de nuestra cabeza a nuestro corazón?
“Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.” Romanos 6:23
¿Lea el pasaje anterior?, ¿Qué dice Dios aquí por medio del apóstol Pablo?, ¿Qué significa cada vez que peco?, ¿Cómo puede serme de utilidad para tomar decisiones?, ¿Cómo cambia mi razonamiento cuando estoy siendo tentado?
Meditar en la palabra de Dios es vital para conocerla y aplicarla a nuestras vidas. Reflexionar en ella nos cambia. Porque la palabra de Dios es viva. Y, como dijo alguien: “La Biblia, es el único libro que cuando lo leemos, el autor está presente con nosotros”.
¿Cómo meditar? Anote, raye, piense, medite, vea lo aprendido desde distintos ángulos, aplíquelo a su vida, a distintas situaciones, vuelva leer lo anotado, explíquelo en su mente, compártalo con otros y, que Dios hable a su vida. Y, de su vida, hacia los demás.
Recita, medita y cumple… ¿Qué cambio harán estas tres palabras en su vida espiritual?
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