Contar nuestras bendiciones: un relato gracias a una comida en Mcdonald’s (®)
Alex López
La Catapulta
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De pronto, estábamos almorzando en un McDonald’s (®) y hablando sobre los ingresos económicos de las personas y, mi amigo exclamó: “Cualquiera puede comer en restaurante como este”. Menospreciando el hecho de que era un restaurante de comida rápida y también sus ingresos actuales – que, por cierto, eran bueno –.
¿Qué le afectaba? Ganar bien, pero ver a otros que ganaban mucho mejor. Le expliqué el costo de un menú en relación al ingreso promedio de la población de un país latinoamericano. Y, que mucha gente, jamás pondría un pie en un restaurante de comida rápida, aunque pudiera. Con ese mismo dinero, compraría mucha más comida para su familia y para muchos tiempos de comida más.
Al tiempo, se quedó sin trabajo. Lo invité a comer, sin hecho pensado, al mismo restaurante. Pero ahora, su óptica era diferente. Me recordó a esa conversación que habíamos tenido. Y, con un corazón humilde me dijo: “Cómo es uno verdad. Lo que dije aquella vez. Y, por ahora, ni puedo venir a este restaurante por mi cuenta. Muchas gracias”.
Otra de mis conocidas, pasó junto a su esposo y a su familia una crisis financiera muy fuerte. Les había ido muy bien, habían podido disfrutar de las bendiciones de Dios, incluso un viaje a Europa entre otros.
Me contó cómo luego de perder su casa, al tiempo, un amigo los había invitado a McDonald’s. No con tristeza, sino con una gran sonrisa y gratitud a nuestro Dios me dijo: “Alex, yo me sentía en un palacio. Delicioso sentimos comer otra vez McDonald’s (®).”
Esto no es una campaña contra los nutricionistas para que usted destruya su vida física. Y, tampoco me está patrocinando McDonald’s (®) (ahora si conoce a algún trabajador o ejecutivo de ahí, hay me recomienda, que no quedaría mal que fueran mis patrocinadores o que, pudiera ser Coach Ejecutivo de sus Gerentes).
Esto es un llamado a contar las bendiciones de Dios. Todo lo que tenemos viene de él, todo. Comenzando por la vida que no nos la dimos, nos la dio.
No nos perdamos en el tema mercadológico en donde se nos busca desear lo que no necesitamos. La mayoría de nosotros, no necesitamos casi nada de lo que los anuncios, nos invitan a tener.
La Biblia es clara, si tenemos ropa y comida, alegrémonos con eso. No lo invito a hacer votos de pobreza, sino a dar gracias a Dios, en donde quiera que se encuentre. Porque para algunos McDonald’s (®) es un restaurante barato, pero para otros, es un palacio. Para la Escritura, todo momento, con ropa y comida, es más que suficiente motivo, para vivir con contentamiento.
Dios nos dé la perspectiva correcta y nos lleve a agradecer todo lo que él nos da y a contar sus bendiciones. Nos lleve a agradecer con sinceridad lo que tenemos, mientras nos esforzamos por lo que queremos.
“Porque nada trajimos a este mundo, y nada podemos llevarnos. Así que, si tenemos ropa y comida, contentémonos con eso. 9 Los que quieren enriquecerse caen en la tentación y se vuelven esclavos de sus muchos deseos. Estos afanes insensatos y dañinos hunden a la gente en la ruina y en la destrucción.” La Biblia en 1 de Timoteo 6:7-9
“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.” Salmo 103:1 y 2
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