En qué consiste la terapia conductual y es bíblica?

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Los cristianos tienen diversos puntos de vista sobre la psicología. Algunos aceptan la psicología como un campo de estudio legítimo y útil para ayudar a las personas con los problemas que se presentan en la vida. Otros la rechazan de plano. Los científicos también difieren en su aceptación de la psicología como eficaz; la psicología es, en muchos sentidos, una forma de arte que no siempre se basa en pruebas medibles. La terapia conductual sobresale en este sentido. Quizás sea más fácilmente aceptada debido a su énfasis en el método científico. Los cristianos pueden utilizar la terapia conductual de manera bíblica si está corregida apropiadamente por la Biblia.

Explicación de la terapia conductual

B. F. Skinner y Albert Bandura son los principales teóricos de la conducta. En su forma más pura, la terapia conductual raramente se practica, aunque algunos de sus conceptos y técnicas se usan juntamente con otras teorías.

Los conductistas consideran a los seres humanos como productos y productores de su entorno. El objetivo de la terapia conductual es aumentar la capacidad de una persona para responder a su entorno. El conductismo depende en gran medida del método científico y se ocupa de los problemas de la vida presente y no de las fuentes pasadas de esos problemas. Lo que se espera de los pacientes es que participen en la terapia para cambiar activamente sus conductas inadaptadas.

Un terapeuta conductual funciona de forma muy parecida a como lo haría un fisioterapeuta, identificando un problema y sugiriendo formas de resolverlo. Utilizando un modelo ABC, los terapeutas de la conducta explican que un "acontecimiento previo" influye en un "comportamiento" y que las "consecuencias" son las posteriores. A través de técnicas como el condicionamiento clásico (al estilo de los perros de Pavlov), el condicionamiento operante (refuerzo, castigo y moldeamiento), la exposición y el aprendizaje social, los terapeutas del comportamiento ayudan a los pacientes a modificar sus conductas.

Comentario bíblico sobre la terapia conductual

Muchos psicólogos consideran que el conductismo es demasiado reducido, y los cristianos también podrían tener problemas con él. Un enfoque en las influencias ambientales sobre el comportamiento minimiza la complejidad de la persona. Después de todo, las personas son más que mecanismos que responden a estímulos. El comportamiento humano es multifacético, y el conductismo simplifica demasiado el tema. Además, para los cristianos, el conductismo se basa en el naturalismo y, por lo tanto, deja poco espacio, o casi nada, para la existencia de Dios o cualquier concepto de espiritualidad.

Incluso con todos sus problemas, el conductismo acierta con una verdad. La Biblia demuestra que estamos influenciados por nuestro entorno. "Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres" (1 Corintios 15:33). Una de las razones por las que Dios instruyó a los israelitas para que destruyeran a las naciones que conquistaron fue porque sabía que la cultura pagana sería una influencia negativa. Pablo nos advierte de que no debemos asociarnos con aquellos que puedan alejar a los creyentes de Dios y de que no debemos hacer cosas que puedan dañar la fe de otro creyente (1 Corintios 5:6-13; 10:14; 1 Timoteo 4:7, 14-16; Romanos 14:13).

La Biblia ciertamente no se opone al cambio de comportamiento o a una mejor elección (1 Timoteo 4:7, 10; Romanos 12:1-2; Gálatas 5:1). Sin embargo, seguir a Dios no consiste en esforzarse por comportarse correctamente. Jesús no vino a salvarnos de los malos comportamientos, sino de la muerte del pecado. Las técnicas de comportamiento pueden ayudar a los cristianos que luchan contra su naturaleza pecaminosa, pero para una victoria completa nada puede reemplazar el poder del Espíritu Santo (Gálatas 5:16; Juan 15:5).

Hay que tener en cuenta que gran parte de esta información ha sido adaptada de Modern Psychotherapies: A Comprehensive Christian Appraisal de Stanton L. Jones y Richard E. Butman y Theory and Practice of Counseling and Psychotherapy de Gerald Corey.

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