Cuando te sientas solo

K.H.
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… tú estarás conmigo… (v. 4).

LEER Salmo 23

A las siete de la noche, Hui-Liang estaba en la cocina, comiendo arroz y albóndigas de pescado recalentadas. La familia de al lado también estaba cenando, y la conversación y sus risas cortaban el silencio de su apartamento donde había vivido solo desde la muerte de su esposa. Había aprendido a vivir en soledad; y con los años, su aguda tristeza se había adormecido. Pero esa noche, ver en la mesa un solo plato y un par de palillos lo afectó profundamente.

Antes de acostarse, leyó su pasaje favorito, el Salmo 23. La frase que más lo impactaba tenía solo tres palabras: «tú estarás conmigo» (v. 4). Más que las acciones prácticas del pastor para cuidar a sus ovejas, lo que le daba paz a Hui-Liang era su presencia constante y su mirada atenta y amorosa a cada detalle de la vida de la oveja (vv. 2-5).

Solo saber que alguien está presente con nosotros trae gran consuelo en momentos de soledad. Dios promete a sus hijos que su amor siempre estará con nosotros (Salmo 103:17) y que Él nunca nos dejará (Hebreos 13:5). Cuando nos sintamos solos e invisibles —ya sea en una cocina, en un autobús camino al trabajo o en un supermercado lleno de gente—, podemos estar seguros de que la mirada atenta del Pastor siempre está con nosotros. Podemos decir: «Tú estás conmigo».

K.H.

Reflexiona y ora

Dios, gracias por estar siempre conmigo.

¿Cuándo sueles sentirte solo? ¿Cómo te alienta el Salmo 23?

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