Entradas

Muñequito de yeso

Imagen
Por: Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com Cierta vez nuestra pequeña vecinita de 5 años andaba jugando con una de esas figurillas de yeso que alguna vez había sido parte de la representación de un pesebre navideño. Si mal no recuerdo, el de la pequeña estatuilla de yeso debería haber sido José. Hasta que en algún momento, natural torpeza de la niñita, fuerza de atracción de la gravedad, frágil estructura del “juguete” sumaron para que repentinamente experimentara un súbito descenso al piso y se partiera en varios pedazos. Como en esa época gozábamos de una bonita amistad entre las familias, la nena y sus hermanitas entraban y salían de casa como si fuera la suya. No teníamos hijos. Mi esposa y yo veníamos de una dolorosa experiencia por la pérdida del bebé, por lo cual la presencia de las niñas no sólo era bienvenida, sino que para nosotros era como esos angelitos que te envía Dios para ayudar a mitigar el dolor del hijo que pudo ser y no fue. La

Cabeza grande, corazón chiquito

Imagen
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hubo una época cuando enseñaba a mis hermanitos de diez años en la Escuela Dominical, en que rara vez se leía una porción de la Biblia desde el púlpito de la Iglesia y yo no supiera por lo menos, en qué libro y en las inmediaciones de qué capítulos de la Biblia podía encontrarla, aunque el pastor en su sermón olvidara mencionarlo. Así también, no tenía problemas en contestar todas las preguntas que los chicos hacían. No me faltaban respuestas. Hace poco tuve un encuentro con uno de mis antiguos alumnos en la iglesia en la que actualmente me congrego. Hoy, adulto y padre de familia, con un ministerio; me presentó ante otras personas con un emocionado reconocimiento. ¡Vaya, que se siente bien que a uno lo exalten y reconozcan logros y bendiciones pasadas!! Sin embargo el recuerdo de ese día, hoy, nobleza obliga; me incita a bajarme espontánea y voluntariamente de ese pedestal en el que por unos momentos disf