Desde la oscuridad
Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Ayer, en una de esas “meditaciones callejeras” rumbo al trabajo, producto de ese intenso diálogo interior con Dios, conmigo mismo y con personas ausentes, un triste recuerdo de mi juventud afloró súbitamente en el escenario de mis pensamientos. Transcurrían los días finales de mi adolescencia, cuando aquella tarde, al regresar del colegio al atardecer, apenas transponer la entrada, hallé a mi madre sentada en soledad junto a la puerta. En total oscuridad y con una mirada intensamente triste y perdida a través de la pequeña ventanita adyacente a la puerta. Ignoro cuánto tiempo habría permanecido así en ese lugar y en ese estado. En aquella época las relaciones entre nosotros eran difíciles, ríspidas, tortuosas, conflictivas, por lo que ni siquiera pregunté qué pasaba. Sí, puedo recordar que esa escena me molestó, me fastidió intensamente. Aquel día, a pesar de mi juventud e inexperiencia, pude percibir que la oscurid