Sirve para ser ¿Conocido? ¿Reconocido? ¿Aplaudido? o ¿Productivo?

Alex López
La Catapulta
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¿Será malo decir? Quiero ser un Dante Gebel, un Marcos Witt, un Jesús Adrián Romero, un Alex Campos o un Luis Palau. La respuesta a si es malo desear ser como alguien más no la encontramos en el ¿Qué se dice? Es decir, en el quiero ser como fulano de tal… Sino en el ¿Por qué se dice?

¿Por qué quiero ser como Marcos, Jesús Adrián o Palau? ¿Cuál es mi motivación? ¿Por qué deseo predicar o cantar ante millones al año? Si su anhelo es ser conocido, reconocido o aplaudido, anda desviado y su motivación no es correcta.

Por el contrario, existe una clase de esclavos de Jesucristo que no quieren ser conocidos, reconocidos o aplaudidos sino que desean ser productivos en el Reino de los cielos.

A estas personas no los motiva la plataforma aunque estén en una. No los motiva el aparecer en la portada de una revista cristiana aunque aparezcan. No los motiva recibir un premio aunque lo reciban. No los motiva su popularidad aunque sean populares. Lo que los motiva es agregarle valor al reino de los cielos y hacer discípulos de Jesús.

A eso nos mandó Dios, a convertirnos en discípulos de Jesús y a multiplicar nuestro discipulado en otras personas. Sea que cante, predique, toque un instrumento o sirva en cualquier área de su congregación visible o no visible a los demás. Recuerde que jamás debemos buscar ser conocidos,  reconocidos o aplaudidos sino productivos.

Y si Dios le permite ser conocido, reconocido o aplaudido. Utilice esa posición para ser productivo para el Reino de los cielos al predicar abierta y sabiamente del evangelio para que muchos entreguen sus vidas a Jesús.

Porque la medida de éxito de un siervo de Dios no está en cuántos libros escribe, cuántas grabaciones realiza, cuánta música vende, en cuántas congregaciones predica o en qué puesto llega a ocupar en su congregación. Si no en agregarle valor a la fe en donde quiera que se mueva.

Tal vez nunca grabará un disco, nunca predicará fuera de su congregación o nunca llegará a ser un líder máximo en su congregación. Pero su éxito espiritual no depende de ello. Depende en dejarse usar por Dios nuestro Señor para el propósito celestial de ser luz ante otros. Porque créame, Dios no quiere cristianos conocidos sino cristianos que le conozcan y que ayuden a su vez a otros a que le conozcan.

Muchos sirven a Dios pero no todos le sirven por los motivos correctos. ¿Por qué motivos le servirá a partir de hoy? Anímese a ser desconocido pero productivo.

Y si llega a ser reconocido, use su influencia para hacer a Jesús el Hijo de Dios el más conocido y reconocido entre los seres humanos, el salvador de los pecados para toda la humanidad.

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