La riqueza de observar el entorno
La Catapulta
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Solemos dejar de observar. Un niño rápidamente nos lo recuerda. Los niños todo lo ven, todo lo observan y resultan con las preguntas más inusuales. Podemos estar en el mismo lugar y no ver lo que un niño ve. Porque él vive hacia fuera. Consciente de su presente y de su alrededor.
De niños vemos todo, lo bueno y lo malo. Pero de jóvenes y adultos, solemos ver más lo malo. Porque lo malo es lo que hace ruido. Ruido en las redes sociales, ruido en los noticieros, ruido en las calles. Pero las acciones de bien, generalmente son silenciosas y realizadas en el anonimato.
Hay riquezas en nuestro entorno, pero debemos estar atentos para observarlas, disfrutarlas y compartirlas. Cuando tengo la oportunidad de viajar, estoy más consciente de mi entorno. Y, es en los aeropuertos, en los parques, en las mesas de las casas de amigos, en todo lugar, en donde encontramos bellas lecciones del amor imperfecto de la humanidad.
Disfrutamos ver las riquezas de nuestro entorno, pero recibamos también el desafío de transformar nuestro entorno. Generemos noticias de amor, de generosidad e historias que cuando alguien escucha, sus ojos se llenan de lágrimas porque, tocan las fibras más profundas del ser humano.
Nacemos con fecha de muerte. Lo malo y lo bueno se acaba. Aprovechemos esta vida. Disfrutemos el hoy. En donde estemos, estemos no sólo en cuerpo, sino también en pensamiento y alma. Porque lo que hoy vemos como normal, un día será tan sólo un recuerdo nostálgico, muy probablemente en nuestro lecho de muerte. Y, diremos: cómo no disfruté más de esta vida…
Mientras quede un hoy: vivamos, disfrutemos e impactemos nuestro entorno. Porque el regalo de la vida viene de Dios, para que, en él, gocemos de la vida de un mundo donde hay bueno y malo, justo e injusto, pero nos espera un mundo mejor, el cielo. Nuestra verdadera Canaán, nuestra tierra prometida. Nuestra esperanza eterna.
“Goza de la vida con la mujer amada cada día de la vida de vanidad que Dios te ha dado bajo el sol. ¡Cada uno de tus días de vanidad! Esta es la recompensa de tu vida y de los afanes que pasas bajo el sol. Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en los dominios de la muerte, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.” Biblia en Eclesiastés 9:9-10
“Hijo mío, conserva el buen juicio; no pierdas de vista la discreción. Te serán fuente de vida, te adornarán como un collar. Podrás recorrer tranquilo tu camino, y tus pies no tropezarán.” Proverbios 3:21-23
“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias; él rescata tu vida del sepulcro y te corona de gran amor y misericordia; él te colma de bienes y tu juventud se renueva como el águila. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos.” Salmo 103:1-6
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