La escalera de tu vida
Por: Brendaliz Avilés
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Hay escaleras que
por más hermosas que sean nos provocan temor y respeto ya
que son empinadas y largas. De hecho a veces parece, cuando las miras
desde lejos que no tienen final. Subes y subes, te sientes fatigado y parece que
no estás llegando a ninguna parte. Pero aunque por momentos sientas o pienses
que no llegarás al final de ellas o que no te conducirán a ninguna parte, no
puedes detenerte, tienes que seguir subiéndolas.
Aunque por momento
sientas temor, no debes dejar que el miedo te impida subirlas porque cada paso
que des te llevará y te acercará al propósito y el lugar que has soñado y que
Dios ha dispuesto para ti. Así que cuando las subas debes pensar con optimismo
que con cada paso te vas acercando hacia la realización de esa meta.
Pero, cuando
termines de subir la escalera, recuerda que entonces debes iniciar nuevamente y
subir otra escalera que quizás sea más larga y empinada que las
otras. Puede que hasta sea más estrecha y tú sientas que no es para
ti. Sin embargo como ya tuviste la experiencia previa de poder
subir otras, podrás con esta nueva porque cada cosa que aprendemos en la vida
nos sirve para continuar.
Las escaleras se
utilizan para subir hacia cosas que son altas y que de otra manera no podríamos
llegar hacia donde esas cosas se encuentran. Para lograr cosas grandes hay que
atreverse a elevarse. Hay que tomar las alas de los sueños y
remontarse tan alto como puedas.
Por
eso anímate, olvida el temor y prepárate a subir con energía la escalera que te
llevará hacia tu propia realización.
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