Dios está muerto?




PALABRAS TRANSFORMADORAS - ¿DIOS ESTÁ MUERTO? -

Por: Fernando Alfredo Campeotto
Escrito originalmente para “Palabras Transformadoras”
Se publica con permiso.


“Hay cambios que no dependen de vos, pero otros sólo se producirán por tu decisión”.


Necesitamos evaluar con seriedad donde estamos y hacia dónde vamos al negar a Dios y vivir fuera de sus diseños. Creamos un mundo donde cada uno es ley para sí mismo y donde todo es relativo.
¿Qué ocurre en la sociedad cuando se ignora y se niega la realidad de Dios?..., ¿Por qué no alcanza con saber que Dios existe? La Palabra de Dios nos dice…: “Dice el necio en su corazón: «No hay Dios.» Están corrompidos, sus obras son detestables; ¡no hay uno solo que haga lo bueno! (Salmos 14:1)
Vemos diariamente a personas quejándose de su situación de vida por causa de conflicto en su matrimonio, hijos en adicciones, con problemas de conducta en la escuela, familias distanciadas, enojadas entre sí, conflictos laborales que terminan en peleas y demandas, parejas disueltas por adulterio… y nos preguntamos ¿por qué todo esto?..., simplemente porque dijimos “que estaba bien”. Aceptamos que poco a poco Dios desapareciera de todo lugar, durante años hemos estado diciéndole a Dios que se salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro gobierno y que se salga de nuestras vidas… y Él como un “buen caballero” y respetando nuestra decisión, se ha retirado. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé Su bendición y Su protección cuando le hemos exigido que nos deje estar solos?
Si bien existen muchas ideologías que proclaman que Dios no existe, cuando hablamos de secularismo, hablamos de la idea de construir una sociedad donde ni Dios ni la Iglesia tienen lugar. El secularismo humanista propone que el mundo estará mejor sin Dios. Esta ideología ha penetrado sobre todo el ámbito educativo, las escuelas y las universidades. En muchos países vienen enseñando ideas humanistas y secularistas generación tras generación.
¿Cómo sería un mundo sin Dios?... Sería un mundo caótico. El relativismo moral reinaría ignorando los valores absolutos y liberadores de la Palabra de Dios. Cada uno sería ley para sí mismo, o seriamos víctimas de algún sistema totalitario que ignora a Dios. Sería un mundo sin esperanza…
En un mundo donde no se reconoce la realidad espiritual ni la existencia de Dios ¿Qué esperanza queda cuando se agotan nuestros recursos y no se puede esperar una intervención divina? La esperanza se reduce a un mero optimismo enfocado en la limitada fortaleza humana… entonces, ¿Alcanza con saber que Dios existe? Solo el conocimiento de la existencia de Dios no es suficiente.
Algunos sostienen una ideología llamada “deísmo”, reconocen la existencia de Dios, piensan que Dios creo el mundo, le dio cuerda y lo echo a andar, pero no se involucra con su creación. Por lo tanto estamos aquí por nuestra cuenta. Este pensamiento no es diferente en sus consecuencias a aquel que niega a Dios. Necesitamos saber que Dios existe, pero también que Él está involucrado con nuestra historia, que nos ama…, y el hecho de que nuestros sentidos no lo perciban… no es prueba de su no existencia.
No podemos dejar a esta generación tan ciega, debemos sacar a luz la verdad. Nuestro desafío es el de ser valiente y no callarse la boca frente al avance del humanismo secularista, debemos poner en alto el nombre de Dios en un mundo que lo niega y no dejarnos silenciar por nada ni nadie.
¡Dios no está muerto, Dios existe, Dios obra hoy y nunca perdió el control del mundo!..., nuestras vidas, familias y sociedad necesitan un cambio, necesitan volverse a Dios.

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