No siempre tenemos las bendiciones que queremos
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace unos días recordé otro de mis episodios de mi niñez. Tendría tal vez unos nueve años de edad. Era Navidad y la expectativa del “regalito” había eclipsado todo proyecto de esa semana. Finalmente el día llegó y el tan ansiado momento de retirar mi regalito a las doce de la noche del pie del árbol navideño, se concretó. Pero al abrir el paquete… ¡Qué tremenda desilusión! ¡Un par de zapatillas! ¡Yo quería un juguete! Entonces, una tía sabiamente me dijo: -Si esa es tu forma de agradecer, tal vez no tengas nunca más tu regalo de Navidad. Esas palabras se clavaron como saetas en el medio de mi pequeño corazoncito… Me quedé pensando largo rato, hasta que por fin rompí el silencio y dije algo así como: -¡Gracias! ¡No sé como agradecer el regalo de este año! En realidad lo estaba diciendo con toda sinceridad, había entendido que había niños en el mundo como yo que esperaban grandes cosas, pero que ni siquiera un pa