Dar hasta que duela
D ías atrás, viendo la estadística de visitas de mi sitio, los números fueron realmente desalentadores. Después de una semana de trabajo negra; cansado y con la salud quebrantada, sólo una pequeña gotita bastaba para rebalsar la copa … y vino por el lado del ministerio. Mi ministerio no percibe subvenciones, donaciones, publicidades ni patrocinios de nadie. Como la Gracia de Dios. Es absolutamente gratuito para quien lo recibe, pero con un elevado costo para quien lo da. La única fuente de sustento económico que tiene es mi propio salario proveniente de mi trabajo secular. Pero hete aquí, que cada mañana, viajar hacia el trabajo es una penosa odisea para quien esto escribe. Sufro de vértigo fóbico. Cuando cualquier otro hijo de vecino, simplemente sube a un transporte público y se baja donde se tiene que bajar, habiendo caminado lo menos posible, lo mío es un drama. Debo