Si tienes un sueño-Parte II


Si tienes un sueño, tienes un gran motoro un tremendo somníferoParte II
Por: Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com



Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a mismo. Y Saúl le tomó aquel día, y no le dejó volver a casa de su padre. E hicieron pacto Jonatán y David, porque él le amaba como a mismo. Y Jonatán se quitó el manto que llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte.
(1 Samuel 18:1-4 RV60)

Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.
(1 Tesalonicenses 5:11 RV60)

Pablo, igual que Jonatán también había comprendido la importancia de estimularnos unos a otros en el crecimiento.

El segundo paso que deberías hacer es buscar el consejo de Ancianos, líderes y hermanos de la Iglesia comprometidos con la Obra y que entiendan esto. Conectarte con ellos. El Señor te va a mostrar quiénes son los hermanos que trabajan con seriedad y compromiso en la Obra. Te vas a dar cuenta porque su “contacto” te va a “cargar” de esa energía espiritual que necesitas y comprenderás que efectivamente puedes.

Quien esto escribe lo está haciendo gracias a hermanos que además de orar por mí, me dieron una palmada en el hombro y me dijeron: “-Quiero verte trabajando ... tú puedes”.

No obstante ello, en el camino hay estaciones, hay tropiezos y también caídas. Eso no es otra cosa que parte de nuestra vida fuera del Edén. Lo realmente importante es saber volver a levantarse y continuar.

Don Bennett alcanzó la cumbre del monte Rainier. Lo extraordinario de esto es que escaló unos 4.000 metros de altura sobre una sola pierna y dos muletas. Cuando se le preguntaba cómo lo hizo respondía: “- De a un saltito a la vez”. No lo hizo solo, claro está. Hubo gente cerca suyo que ayudó a que el sueño de Don se realizara. Pero tú tampoco estás sol@ ahora.

La hazaña de Bennett enseñó al mundo que personas con capacidades diferentes pueden hacer mucho más de lo que se imaginan. Y en algún sentido, todos, en la imperfección y naturaleza corrupta fuera del Edén, pero tan humana, tenemos cierto grado de discapacidades… o capacidades diferentes.

Muchos hermanos, en cambio no han tenido esta visión. En la Obra del Señor abundan personas que sienten, como dijimos en la parte I, que llegaron tarde al reparto de talentos, dones, caras, cuerpos y habilidades. Pensar así es realmente ser un “discapacitado”.

Estas personas viven “soñando” con un triunfo, pero creen que no pueden realizarlo. Pasan valiosos años de su vida esperando que alguna bendición especial emanada de la bendita providencia de Dios caiga literalmente del cielo y dé un nuevo giro a sus vidas. Eso y esperar “un golpe de suerte” es exactamente lo mismo. Y para Dios la “suerte“ no existe. Por ello es que pasa el tiempo y esa “bendición especial” no llega. Finalmente el desánimo, el fracaso y la baja autoestima van desgastando y limando su espíritu, hasta que finalmente les piden la rendición.

Es así como el “SUEÑO” se convierte en “sueño”. Se duermen, se aletargan. El entusiasmo sede su lugar a la apatía, la motivación a la indiferencia. Este sin lugar a dudas es un tremendo triunfo... pero del Adversario. Creyentes dormidos son lo más efectivo para su nefasta obra. No fallan nunca.

Desde estas modestas líneas te animamos a orar. Ya te dijimos cómo. También te dimos “el empujoncito” inicial para que des ese paso decisivo.

Si tienes un sueño, tienes un gran motor o un tremendo somnífero: ¿Con cuál de los dos quieres quedarte?

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Filipenses 4:13 RV60)

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