NUESTRA ESPERANZA NO ES UNA VIDA SIN AFLICCIONES

Por: Alex López
http://lacatapulta.net/vidacristiana/
Publicado con permiso


No estamos en victoria porque no tenemos aflicciones, estamos en victoria, porque mantenemos la fe, en medio de las aflicciones.

Juan el Bautista fue decapitado. Esteban uno de los 7 diáconos murió apedreado. Jacobo el discípulo, murió a filo de espada.

La esperanza de la iglesia nunca estuvo ni ha estado en tener un camino fácil y sin aflicciones. La esperanza siempre estuvo y estará en el Cristo crucificado, resucitado, ascendido y prometido en su segunda venida. Cuando traerá salvación y juicio. Y nos llevará al cielo, donde ya no hay ni muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor.

Jesús dijo: “Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” Juan 16:33

¿Qué cosas les había dicho antes para que encontraran paz en él? Vemos que de Juan 14 al 17, Jesús se despide de sus discípulos. En el capítulo 18, vemos su arresto. ¿Qué les ha dicho en los capítulos 14 al 16?

Les dice cosas buenas. Les dice que no se angustien. Que confíen en Dios y en él. Se va al cielo, pero regresará por ellos (Juan 14:1-4). Les dice que les deja la paz y no como este mundo la da (Juan 14:27). Les dice que deben permanecer en él y que separados de él, nada pueden hacer (Juan 15:5) y les dice que les conviene que se vaya, porque enviará al Consolador quien es el Espíritu Santo (Juan 16:5-7).

Pero también les dice ciertas cosas malas que pasarán. Les dice que serán perseguidos (Juan 15:20). Les dice que los expulsarán de las sinagogas y que incluso los matarán pensando que así le prestan un servicio a Dios (Juan 16:1-4). Y por último, les dice que pronto, todos se irán a su casa y lo dejarán solo, pero que solo no está (Juan 16:32).

Como que decir y prometer cosas buenas es la única manera que muchos cristianos creen que es necesario para poder animar a otros. Pero, Jesús nunca mintió sobre este mundo caído y necesitado de un cielo nuevo y de una tierra nueva. Jesús no les prometió a los discípulos un camino fácil, les dijo que en este mundo afrontarían aflicciones, pero que se animaran, pues él había vencido al mundo.

¿Cómo es que Jesús venció al mundo? Y ¿Cómo es que eso debe animarnos?

Jesús venció al mundo porque nunca pecó, es nuestra paz con Dios. Cuando éramos enemigos por nuestro pecado y ahora existe paz con el Todopoderoso en Jesús, podemos dormir tranquilos. Nada es más grande que la ira de Dios y nada es más grande que el amor de Dios. Conocer su amor es conocer la paz con Dios, la paz en nosotros mismos y la paz hacia los demás.

Jesús venció al mundo porque murió, pero resucitó. Jesús es nuestra esperanza de vida eterna. No importa que este mundo se acabe. Nos espera la gloria eterna. Dejar este mundo no es el final, sino el principio de lo eterno. Eso llena de paz. No importa qué nos pase aquí, Dios nos espera allá. Así debemos animarnos unos a otros.

Jesús venció al mundo al resucitar y está a la diestra de Dios en donde intercede por nosotros, es nuestra voz ante el Padre. Jesús es quien se para en la brecha por nosotros. Con su sangre obtuvo nuestra redención por los pecados. Y aún hoy, sigue intercediendo por cada uno de nosotros.

Jesús venció al mundo al morir por nuestros pecados siendo el único justo, al resucitar al tercer día y ser nuestro intercesor ante el padre y prometió que regresará como juez, nos salvará y habrá justicia. Será Salvador para los que creemos y juzgará toda injusticia y abuso cometido en la tierra hacia el prójimo y contra él.

Jesús nunca prometió un camino fácil. Les habló a sus discípulos sobre lo bueno y lo malo que pasarían. Todo para que cuando llegaran las aflicciones, se animaran y encontraran la paz en él. No importa qué sufrimientos vengan en esta vida. Nos espera la vida eterna. Ni si quiera la muerte puede con nosotros, pues Dios nos resucitará.

No sé qué aflicciones pueda estar enfrentando. Incluso si estas vienen por sus malas decisiones. Arrepiéntase de sus pecados y confíe en aquel que pagó el precio por nuestros pecados, quien venció a la muerte y quien regresará por su iglesia. Jesús y no una vida sin aflicciones, es nuestra esperanza eterna. ¡Animo! pase lo que pase, tenemos la victoria eterna en Jesús.

“Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.” Juan 16:33

 

 

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

UNGES MI CABEZA CON ACEITE...

El poder del ayuno

70 veces 7