LEJOS DEL VIRUS Y LEJOS DE DIOS

Por: Alex López
Ministerio La Catapulta
http://lacatapulta.net/vidacristiana/
Publicado con permiso


¿Cuántas veces te has conectado al www.fraterlive.com? Su respuesta fue, ninguna.

¿Cuántas veces has asistido a tu célula virtual? Su respuesta fue ¿Cuál célula? si ya no voy.

¿Cómo te sentís estando no sólo lejos de tu congregación sino ahora lejos de Dios? Su respuesta fue, yo me siento bien. Es más, esta persona no se siente mal, aunque está practicando el pecado. Y como no se siente mal, cree que está bien.

Estos seis meses han sido difíciles. Así como esta persona que sí cree en Dios, que sí ha servido en la iglesia, que sí asistía todas las semanas a la congregación, que sí leía la Biblia, que sí pecaba, pero lloraba su pecado, se arrepentía y regresaba con mayor fuerza y compromiso, ahora anda lejos de Dios. Y lo peor, es que no se siente mal, sino “bien”, existen muchas personas que están viviendo en esta pandemia, de la misma manera. Y lejos de Dios…

El enfriamiento espiritual no ocurre de un día para otro. El enfriamiento espiritual es poco a poco. Poco a poco nos vamos acercando al Sodoma – esa ciudad a la que Lot, sobrino de Abraham se fue acercando. Ciudad llena de pecado – de nuestras vidas. Y cuando sentimos, si es que lo sentimos, estamos hundidos en un pantano del que no podemos salir.

Esta líder de otra congregación me escribió. Me siento muy mal. Estoy pecando como nunca. Y aún así, he dado el tema a los jóvenes que dirijo. Siempre pido perdón antes, pero ya no aguanto más. Por eso quería contarle. Aquí no puedo hablar con nadie más. ¿Qué puedo hacer? La felicité, porque había llegado al límite, estaba arrepentida y quería vivir para honrar a Dios. Y la referí a www.gruposdelibertad.com

¿Cómo está su vida espiritual?, ¿Está viviendo una vida santa?, ¿Cómo está en su relación con su pareja, sus hijos, sus amigos y demás?, ¿El fruto del Espíritu Santo se está reflejando en su vida?, ¿Sigue congregándose fielmente, aunque sea de manera virtual, como nos ha tocado todavía en Guatemala?, ¿Está sosteniendo la obra de Dios?, ¿Está leyendo su Palabra?, ¿Está huyendo del pecado?

¿Qué ha sido de su vida espiritual? Lo peor que puede pasarnos es estar lejos de Dios, viviendo una vida de pecado y pensar que estamos bien, porque no nos sentimos mal, señal ya de un corazón endurecido. Quien no siente su pecado y cómo este no sólo afecta su relación con Dios, consigo mismo y con los demás ¿Cómo podrá arrepentirse y darle nuevamente un giro de 180 grados a su vida? Quien no ve, ni siente su pecado, ya está perdido.


Arrepiéntase y queme los barcos para no volver a la esclavitud de su Egipto. Aquel Egipto que con 10 plagas milagrosas Dios por medio de Moisés libró de 430 años de esclavitud a Israel. Pero ya en el desierto, querían volver de nuevo a la esclavitud.

El arrepentimiento es cambiar de mente o de forma de pensar. Es soltar este mundo, para abrazar a Dios con todo. Es llorar la desgracia de mi pecaminosidad y abrazar la gracia inmerecida de nuestro Dios en Jesús.

Las misericordias de Dios son nuevas cada mañana, vuelva a él o experimentará una vida devastada sin él. Y regresará tan golpeado, preguntándose ¿Por qué fui rebelde a su amor y a su llamado por tanto tiempo? Eso, si es que regresa y no muere en el camino ancho y espacioso que lleva a la muerte.

Charles Spurgeon, llamado el príncipe de los predicadores dijo sobre el arrepentimiento: “El arrepentimiento es el descubrimiento de la maldad del pecado, el duelo por haberlo cometido, y la resolución de abandonarlo. Es, de hecho, un cambio de mente de un carácter profundo y práctico, que hace que el hombre ame lo que antes odiaba y que odie lo que antes amaba”.

El Pastor estadounidense John Piper dijo sobre el arrepentimiento: “El arrepentimiento significa experimentar un cambio de mente que ahora ve a Dios como verdadero y hermoso y digno de toda nuestra adoración y de toda nuestra obediencia”.

Si la pandemia lo enfrió espiritualmente, oro porque hoy venga al arrepentimiento. Y viva no respondiendo a sus malos deseos ni en su corazón, ni en su trato con los demás, sino sembrando en el espíritu, para que viva glorificando a Dios y en sus caminos que son vida y paz.

Lejos de Dios, muerto está… Dios no se complace en la muerte del malvado sino más bien quiere que se arrepienta de su conducta y viva. Pero el que no se arrepiente la muerte física y la muerte eterna, será inevitable para su persona. Y en el proceso, sufrirá y hará sufrir a otros.

Usted no puede venir limpio a Dios, debe venir sucio y en harapos espirituales. Sólo Jesús fue el justo que jamás pecó, para convertirse por la fe en su sacrificio en la cruz, en nuestra justificación ante el Padre Dios. Usted no cambia y viene a Dios, viene a Dios y él lo transforma. Venga a él en arrepentimiento de pecados.

¿Qué decidirá hoy? Es probable que usted esté firme, entonces, reenvíe esta publicación a todos sus amigos. Tómese el tiempo de hacer un listado de los amigos que sabe que se han alejado de Dios. Ore por ellos a diario. Y llame por lo menos uno cada día, para invitarlos a volver al amor perfecto, verdadero y a honrar al único y eterno Dios.

El pecado, es muerte… Pero el favor inmerecido de Dios – esa gracia – es vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.

Aléjese del virus, pero jamás se aleje de Dios.

“¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor, lo afirmo.” La Biblia en Ezequiel 18:23

“Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.” La Biblia en Romanos 6:23

“El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!” La Biblia en Lamentaciones 3:22 y 23





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