Cuando como hijo me siento solo

Alex López
La Catapulta
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Publiqué en las redes sociales lo siguiente: «Si tuviera hijos ¿Quisiera tener un hijo como yo?» El comentario de una jovencita de 18 años me partió el corazón cuando escribió «Sí y lo apoyaría y no dejaría que se sintiera tan solo como yo». ¡Qué desgracia! dice: ¡No dejaría que se sintiera tan sola como yo!

Papás…
Nuestros hijos son el tesoro más grande, la herencia que dejamos para la humanidad. Ningún trabajo, sueño personal o hobbie vale más que ellos. Porque nuestros hijos siempre nos ven hacia arriba debemos ser un ejemplo de conducta. Y debemos formar en ellos el carácter de Jesús. Ni siquiera un animal como el perro abandona a sus cachorros. ¿Por qué ha de hacerlo un papá o una mamá? Y no me refiero sólo a aquellos que se fueron del hogar, sino a aquellos que aunque están presentes están más ausentes por que viven en su mundo y no en el mundo de sus hijos. ¿Qué tiene en común con sus hijos? Tome la iniciativa de acercarse a ellos, no de amarlos en su corazón sino de hacérselos sentir en el de ellos. Dios nos manda en Efesios 6:4 NVI «Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor». ¿Cómo podemos criarlos según la disciplina e instrucción del Señor si sienten que no los amamos? Todo bebé y todo hijo hasta que crece nos ve hacia arriba, Dios hizo esto para que fuéramos su modelo. Seamos un modelo que refleje el amor, la pasión y la entrega del Padre Dios.

Hijos…
Conozco padres de familia que no se los deseo a ninguno. Sé que muchos si pudieran escoger a sus papás, escogerían a los papás del vecino. Aquellos que aman, comprenden, corrigen en amor, inspiran, apoyan y pasan tiempo de primera con sus amigos. Pero tu papá o mamá es posible que no conozcan a Dios o simple y sencillamente conozcan la teoría pero no la vida que surge de una relación genuina con el Padre Dios. Tienen la teoría pero no la práctica.

Ese sentimiento que hoy tenés puede destruirte o construirte. No estás solo. La Biblia dice en el Salmo 27:10 NVI «Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.» No estás sólo Dios está a tu lado si lo dejás estar. Dios no es un concepto humano, es el Creador divino. Aquel que envió a su hijo Jesús para tomar la forma de hombre y entender desde la perspectiva humana lo que experimentamos en la tierra. El entiende la soledad. Cuando lo arrestaron en el jardín del Getsemaní todos sus discípulos huyeron y lo dejaron solo. Judas su buen amigo a quien le había confiado la bolsa de dinero fue el que lo traicionó y lo entregó. Pedro el que dijo que estaba dispuesto a morir con él lo negó frente a sus propios ojos cuando 3 veces seguidas le preguntaron si era uno de los que andaban con él. Dice la Biblia que la última vez hasta comenzó a maldecir y a jurar.

Jesús el hijo de Dios entiende tu dolor y él está a la distancia de una oración para que le digas ven a mi vida y toma el lugar más importante de mi corazón. Aunque tus papás te abandonen tu papá Dios te recibe en sus brazos. Recibí hoy el abrazo de tú Padre Dios y acercate a una iglesia cristiana por tu casa, lee la Biblia y rodeáte de amigos de fe que te permitan enfrentar la vida aún sin el apoyo de tus papás. Ese dolor que sentís te puede llevar a refugiarte en los vicios, en una pareja no recomendable, en un hobbie pero todo esto será una solución temporal que tapará un hoyo para luego destapar otro hasta que resultés viviendo en un barranco. Sólo Cristo Jesús puede llenar ese vació.

A los miles de jóvenes en el mundo entero que como esta chavita responden a la pregunta «Si tuviera hijos ¿Quisiera tener un hijo como yo?» de la siguiente manera «Sí y lo apoyaría y no dejaría que se sintiera tan sola como yo». Tranquilo, el Padre Dios está ahí cerquita para vos. Sólo debés entregarle tu vida a él y hablarle con mayor confianza que el que te escucha cuando hablás por celular sin siquiera poder verlo, eso es fe. El desafío es no repetir lo malo de nuestros papás, sino imitar lo bueno que tienen y que nuestros hijos jamás experimenten esa soledad porque seremos padres de alto nivel.

A todos ustedes, un abrazo desde lo más profundo de mi corazón. Porque «Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.»


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