Cuidado con la nueva escuela de teología

J.C. Ryle
Teología Sana
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Todos los derechos reservados-Publicado con permiso


Quisiera que no hubiera necesidad de dar este aviso. Pero hay una escuela de teología hoy que, para mí, sólo fomenta la infidelidad y ayuda al diablo a captar y retener almas. Quiere profesar ser caritativa, generosa. Dios es todo misericordia y amor según ella. Su justicia y su santidad son puestas completamente de lado. No se habla nunca del infierno en ella. Sólo se habla del cielo. No se menciona la condenación. Todos los hombres son salvos. La fe y la obra del Espíritu se vuelven tan sutiles que no son nada. Todo el que piensa algo tiene el Espíritu. Todo el mundo va recto. Nadie tiene la culpa de algo malo que haya hecho. Los actos resultan de las circunstancias en que uno se encuentra. No se puede hacer a nadie responsable por sus opiniones, ¡como no lo es por el color de su piel! ¡Todo hombre tiene que ser lo que es! La Biblia es un libro imperfecto anticuado, caduco. Podemos creer de él lo que queramos, ¡no más! Lector, te pongo en guardia contra esta teología. A pesar de las palabras altisonantes: liberalidad, caridad, miras anchas, luz, liberación del fanatismo, etc., esta teología conduce al infierno.

Los hechos están en contra de los maestros de esta teología. Si subimos a las montañas hallamos rastros del diluvio de Noé. En las orillas del Mar Muerto vemos aguas amargas misteriosas. Miremos a los judíos desparramados por el mundo. Y luego que nos digan, si se atreven, que Dios es tan misericordioso y amante que nunca castiga el pecado.

La conciencia del hombre está en contra de estos maestros de modo directo. Que vayan al lecho de muerte de una persona y le consuelen con sus doctrinas. Que vean si con sus teorías pueden calmar su ansiedad sobre el más allá y permitirle partir en paz. Que nos muestren casos auténticos de gozo y felicidad en la muerte sin las promesas de la Biblia, sin conversión, y sin esta fe en la sangre de Cristo, que la teología antigua permite. ¡Ay, cuando el hombre va a dejar el mundo, su conciencia hace trizas de estos nuevos sistemas!. La conciencia no se convence fácilmente en la hora de la muerte de que no existe el infierno.

Tomado del folleto “La Cruz de Cristo” de J. C. Ryle

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