Productividad sin agotamiento: 8 lecciones de John Gill

TIM WILSON
Coalición por el Evangelio
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Todos los derechos reservados-Publicado con permiso


¿Cómo hace un pastor productivo para no desgastarse? No esperaba encontrar la respuesta en John Gill.

John Gill era un prolífico escritor y autor bautista en Londres durante el siglo XVIII. Escribió:

  • El primer comentario bíblico completo de un solo autor inglés (9 vols).
  • La primera teología sistemática bautista (2 vols).
  • Otros tratados y obras técnicas del hebreo. 

Esperaba que su vida estuviera llena de sacrificios. Tal vez horarios de madrugada, un matrimonio pobre o el abandono de su congregación. 

Pero me sorprendió el libro A Brief Memoir [Una breve memoria] del autor John Rippon. Gill no tenía un horario descabellado. Fue pastor desde los 21 hasta los 74 años y nunca sufrió de desgaste.

Esto es lo que he aprendido de su vida:

1. Predica primero

Gill no descuidó a su congregación para escribir libros. Más bien predicaba a través de los libros de la Biblia y tomaba notas. Su primer comentario extenso, An Exposition of the Book of Solomon’s Song [Una exposición del libro del Cantar de los Cantares], constaba originalmente de ciento veinte sermones. 

Continuó con el hábito de predicar a través de libros y aprovechar ese material para publicación. Esto continuó con su teología sistemática, «Body of Doctrinal and Practical Divinity» [Cuerpo de Divinidad Doctrinal y Práctica]. Como dice Rippon:

Si el infatigable hombre hubiera estudiado y predicado dos o tres sermones semanales, como hizo, y no los hubiera incluido en su Comentario, nunca habría podido preparar la mitad de la obra para el ojo público; pero la sustancia o, al menos, los encabezados de casi todos los sermones que predicó se insertaron en su lugar apropiado, la misma semana en que se pronunciaron, la poderosa masa aumentó con el paso del tiempo.

Gill consideraba que su principal vocación era ser pastor. Estos sermones eran para su congregación. Era un extra que ayudaban a la iglesia en general, pero no era el objetivo.

2. Ten un horario manejable

Todos hemos escuchado de hombres que se levantaban a las 3:00 a. m. para orar. Sin embargo, Gill no era un madrugador ni un noctámbulo. De hecho, cuanto más viejo se hacía, más tiempo descansaba.

No pensaba que esto fuera una debilidad. Más bien, cuando Ryland le preguntó cómo había logrado trabajos tan vastos, respondió (informes de Rippon):

«No se levantaba muy temprano, ni se quedaba despierto hasta tarde; esto último, estaba seguro, debía ser perjudicial para cualquier estudiante, además de no ser útil». Lo cierto es que «se levantaba en cuanto amanecía en invierno, y normalmente antes de las seis en verano». 

3. Busca amistades

Gill dedicaba tiempo cada semana a la comunión con ministros locales. A veces se reunía una vez a la semana en un café. Otras veces, se unía a un grupo en la casa de Thomas Watson en Cripplegate. Este grupo incluía a hermanos paidobautistas.

Una reunión semanal es una cantidad significativa de tiempo, pero le ayudó a apoyar a otros pastores y también a él mismo.

4. Aparta tiempo para estudiar

Gill tenía un talento increíble. Dominaba el latín, el griego y el hebreo antes de cumplir los dieciocho años. 

Sin embargo, como bautista, no pudo recibir educación teológica. De hecho, su padre no se sintió capaz de enviarlo a la escuela secundaria. Esto se debió a que el director de la escuela llevaba a sus alumnos a la oración anglicana semanal.

Esto hace que su gran conocimiento de los idiomas originales sea extraordinario. A los veintiún años, un pastor que había sido formado por un judío le recomendó que leyera escritos hebreos. A su muerte, Gill compró sus libros y adquirió el hábito de leer material judío por el resto de su vida.

Hizo un espacio en su agenda para aprender. Esto significaba que podría enseñar bien.

5. Evita la controversia innecesaria

Gill a menudo se vio envuelto en controversias, tal vez demasiado. A veces era por decisión propia. Otras veces se le pedía, como voz respetada, que respondiera a argumentos «incontestables».

Pero sabía cuándo detenerse.

Por ejemplo, a menudo era llamado en los debates con los paidobautistas. En la introducción de un sermón que sus amigos le instaron a publicar, leemos que:

No estaba dispuesto a renovar la controversia sobre el bautismo innecesariamente, y habiendo decidido escribir [sobre este tema] solo en defensa propia, cuando fuera atacado, o cuando la controversia fuera renovada por otros.

En un momento dado decidió no volver a escribir sobre el tema. 

Sin duda, ¡esto es sabiduría!

6. Conoce tus límites

Los amigos de Gill organizaron una reunión en Londres a mitad de semana. De este modo, iban a poder escucharle cristianos de otras iglesias. Estas reuniones continuaron durante veintisiete años. 

Más tarde, fue demasiada la demanda con sus escritos y su ministerio pastoral. Terminó las conferencias porque «encuentro que mis fuerzas naturales no me admiten predicar con tanta frecuencia». También deseaba terminar su Exposition of the Old Testament [Exposición del Antiguo Testamento].

Esto le permitió terminar su obra sobre el Antiguo Testamento y más tarde el Cuerpo de Divinidad Doctrinal y Práctica. Conocía sus límites.

7. No persigas la fama

Gill no solía publicar para promocionarse, sino por encargo. Tampoco estaba ansioso por el reconocimiento. Cuando le concedieron un doctorado honorífico, dijo a sus ancianos: «Ni lo pensé, ni lo compré, ni lo busqué». 

No tenía ningún problema por carecer de formación teológica. Ser pastor era suficiente para él.

8. Chocolate para el desayuno

Por último, al hablar de su agenda diaria, Rippon cuenta que Gill desayunaba constantemente en su estudio y siempre con chocolate. Estoy seguro de que todos estamos de acuerdo en que ese es el secreto de un ministerio feliz.


Publicado en The Gospel Coalition CanadaTraducido por Equipo Coalición.








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