VARONCITO

Tim Gustafson
Ministerios Nuestro Pan Diario
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[Dios] hace justicia al huérfano y a la viuda; […] ama también al extranjero… (v. 18).

LEER Deuteronomio 10:14-22

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Durante más de un año, su nombre legal fue «Varoncito». Un guardia oyó sus gritos y descubrió que el bebé, de apenas horas de vida y envuelto en una bolsa, había sido abandonado en el estacionamiento del hospital. Poco después, Servicios Sociales llamó a las personas que se convertirían en su familia para siempre. La pareja lo acogió y lo llamó Gerardo (no es su nombre real). Finalmente, la adopción se completó y ese se convirtió en su nombre oficial. Hoy se ha vuelto un niño hermoso y conversador del que jamás pensarías que fue abandonado en una bolsa. Ya adulto, Moisés rememoró el carácter de Dios y lo que había hecho por el pueblo de Israel. «De tus padres se agradó el Señor para amarlos», les dijo (Deuteronomio 10:15). Ese amor tenía un amplio alcance: «hace justicia al huérfano y a la viuda; […] ama también al extranjero dándole pan y vestido» (v. 18). Y agrega: «Él es el objeto de tu alabanza, y él es tu Dios» (v. 21). Ya sea mediante la adopción o simplemente a través del amor y el servicio, somos llamados a reflejar el amor de Dios. Aquella pareja amorosa se convirtió en las manos y los pies que el Señor utilizó para extender su amor a alguien que podría haber pasado inadvertido. Nosotros también podemos ser sus manos y sus pies. De Tim Gustafson Reflexiona y ora

¿Cómo has sentido que Dios extiende su amor hacia ti? ¿Qué cosas pequeñas podrías hacer hoy para reflejar ese amor?