Cuatro pasos para ayudarle a realizar sus tareas con excelencia

Alex López
La Catapulta
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Todos los derechos reservados-Publicado con permiso


Quiero compartirle cuatro pasos que pueden ayudarle a realizar sus tareas y con más excelencia.

Tareas. Tareas que nos ponen, tareas que nos ponemos. Estas aparecen y desaparecen. Y nuevas tareas, vuelven a aparecer. Esto se repite día tras día, hasta el día de nuestra muerte.

Nos pagan por hacer tareas. Y, quien las hace bien y, dirige a equipos que las hacen bien y con gusto, son admirados y promovidos.

Quien se lidera a sí mismo, ante las tareas que se propone alcanzar, en el tiempo alcanzará lo que nunca pensó alcanzar. Un nuevo nivel en su vida y en todas las áreas en las que se proponga comenzar.

Para ayudarse a realizar sus tareas, decida cuáles serán parte de su rutina diaria. Estas solemos planificarlas en base a lo importante y no urgente. Para tratar de minimizar las importantes, urgentes. Lo urgente, desgasta, cansa y crea roces. Allí no debemos vivir.

En cuanto a las tareas, decida lo que hará no sólo en base a lo importante y no urgente. Sino al listar las partes que componen la tarea y las fechas en que debe irlas realizando con suficiente tiempo de anticipación, para que no se conviertan en urgentes.

Una vez ha decidido. Asegúrese de definir qué, cuándo y quién será el responsable. Si sólo se discute el qué y nunca el cuándo, jamás habrá resultados. Vamos a hacer, pero nunca hacemos, bien podría ser el slogan de algunas personas. Una decisión siempre debe ser un compromiso a la acción. Decida y haga.

Suelo decir que la excelencia, es un deseo continuo por querer hacer las cosas cada vez mejor. La única manera de hacer mejor las cosas, no sólo es planificándolas, sino evaluándolas una vez las hemos terminado. ¿Qué hicimos bien y debemos repetir?, ¿Qué cosas podemos mejorar? Y ¿Qué oportunidades no vimos?

Hemos decidido, hemos hecho y ahora nos sentamos a evaluar para aprender. El punto no es encontrar culpables. El punto es mejorar constantemente. Y, entonces, hacemos un listado de las lecciones aprendidas. Estas se convierten en una enciclopedia para la toma de decisiones futuras para el equipo actual y futuro.

Hace poco en una sesión de Coaching Ejecutivo, con uno de mis clientes, hablábamos sobre sus aprendizajes. ¿Qué aprendió hoy? Y ¿Qué aprendió de usted? Estas dos preguntas simples, revelaron algo poderoso y transformador en la vida de la persona. Hay que decidir, hacer, aprender y por último, repetir el proceso.

Decida, haga, aprenda y repita. Así que, cada vez que repitamos la misma tarea, será mejor, más divertida y con mejores resultados. Una espiral ascendente por estar comprometidos con la excelencia en donde servimos.

¿Qué se lleva hoy? Y ¿Qué hará diferente con respecto a sus tareas?

Manos a la obra. Y, que esa obra, cada día sea mejor y mejor y mejor…

“Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso!” Proverbios 21:5

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