PARA ANIMARTE
Cuando
el peso de las cargas parezca insostenible, recuerda que Dios sigue teniendo el
control de todo en tu vida.
Cuando
fatigado o afligido quieras rendirte, no olvides que Dios piensa que tú puedes enfrentar esa
responsabilidad y salir con gran victoria de ese reto.
Cuando meditando en tus deberes y responsabilidades, te angusties, cree que Dios promete darte cordura y serenidad para que camines libre, desafiando los vientos de adversidad.
Y aunque la lucha parezca cruel, tú vas a vencer. Solo agárrate fuerte de Su mano y no vuelvas tu mirada atrás. Deja que el tiempo apacigüe la mar embravecida. Dios puede calmar la tormenta. Los vientos contrarios se tranquilizarán.
Querid@
amig@:
Entonces,
no renuncies; posiblemente estés a un
paso de la tierra prometida. Camina la milla extra; el esfuerzo y el empeño
tarde o temprano, rinden sus frutos. Avanza; eleva tu mirada al cielo;
contempla la altura de la montaña.
No
te concentres en la espina que tiene la rosa, ni veas las piedras como
obstáculos en tu paso. Demuéstrate a ti mismo que eres más fuerte de lo que
piensas. No por tu vigor, sino por el apoyo de Dios.
Finalmente no olvides que el alpinista llega a la cima, luego de escalar toda una montaña. Y que el oro es purificado tras un fuerte trabajo en el fuego.
Porque yo soy el Señor, tu Dios,
que sostiene tu mano derecha;
yo soy quien te dice: “ No temas, yo te ayudaré”.
(Isaías
41:13)
Que
esta palabra ilumine tu camino.
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