SONIDOS DEL SILENCIO

 Por: Luis Caccia Guerra

 “Sabemos que existe alguna relación entre la oración y el silencio pero, si pensamos en el silencio en nuestras vidas, parece que no siempre es tranquilizador: el silencio también puede ser amenazante.” (Henry Nouwen) 

Hay silencios cómplices, que reconfortan, transmiten cercanía, paz, consuelo. A veces el silencio es el mejor y más sabio discurso que podemos ofrecerle a un alma en medio de una gran tribulación. Hay silencios capaces de transmitir un cálido abrazo. Hay silencios capaces de infundir ánimo al derrotado. Silencios que en silencio, emiten palabras llenas de sabiduría en el idioma del Espíritu.

Pero en medio del mundanal ruido, podemos encontrar otra clase de silencios. Silencios de muerte. Silencios que comunican soledad, oscuridad, desprecio, indiferencia. Silencios que sin palabras susurran con claridad lo muy poco que les importas. El peor de los discursos.  Aun en la multitud de palabras huecas, lisonjeras y sin respaldo también puede existir sutil, solapado, artero silencio. Emitir palabra sin decir nada. Sonidos del silencio.

A veces las personas no necesitan palabras de una mente brillante, sino el oído de un corazón sincero dispuesto a escuchar.

Busquemos la manera de ayudarnos unos a otros a tener más amor y a hacer el bien.

(Hebreos 10:24 DHH)



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