Tim Gustafson
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Renacimiento en Jesús

… si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto (v. 24).

LEER Juan 12:23-26

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Conocemos a Leonardo da Vinci como el genio renacentista. Su destreza intelectual llevó a avances en múltiples ámbitos. Sin embargo, se lamentó de que muriéramos «sin dejar ningún recuerdo de nosotros en la mente de los hombres».

Dijo: «Mientras pensaba que estaba aprendiendo a vivir, estaba aprendiendo a morir». Estaba más cerca de la verdad de lo que quizá imaginó. Aprender a morir es el camino a la vida. Después de su entrada triunfal a Jerusalén (que ahora celebramos como Domingo de Ramos; ver Juan 12:12-19), Jesús dijo: «si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto» (v. 24). Hablaba de su muerte, pero extendió el concepto a todos nosotros: «El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará» (v. 25).

Pablo escribió de ser «sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección» (Romanos 6:4-5).

Con su muerte, Jesús nos ofrece renacer; el sentido mismo de renacimiento. Él nos abrió el camino a la vida eterna con su Padre.

Tim Gustafson

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