Entradas

Al transponer el Jordán

Imagen
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Nuestro fox-terrier estuvo internado. Sí, leíste bien. EL PERRO internado en una veterinaria en una unidad de cuidado intensivo. Hace once años, cuando nuestra hija era aún una niña, lo trajimos con fines terapéuticos para ella. Apenas tenía unos días de vida y aún no abría los ojitos. Nuestra hija se levantaba varias veces durante la noche a darle leche en una mamadera. Y así cuidó de él hasta que se pudo valer por sus propios medios. Yo, por mi cuenta, lo hostigaba para que ladrara. A veces pienso que yo le enseñé a ladrar... ja, ja! ¡Hasta hace unos días hacía lo mismo, y el tipo salía ladrando enfurecido hacia la puerta como para comerse a alguien! Siempre dije y sostuve que el fox-terrier es parte de la familia y al momento de comenzar a escribir estas líneas, cuando se encontraba al borde de la muerte, lo pude percibir así más que nunca. Ese perrito con sus achaques de viejito, su hígado en un hilo, s

Lides de la fe

Imagen
Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Días atrás caminaba en dirección a “mi santuario” cuando ví una chica haciendo señas a un taxi. El conductor la vio y paró, pero se detuvo del lado del carril de enfrente. No podía cambiarse sin cometer una imprudencia o causar un incidente, dado el denso tránsito que hay en esa zona y a una hora pico. La chica sin prestar mínima atención, lo dejó pasar, no miró hacia enfrente ni hacia delante. Inmersa en sí misma, desconectada del exterior, abstraída en su propio mundito, no pudo ver al taxi detenerse ni al conductor esperándola. En cambio, bajó la mano y siguió caminando en su propia dirección buscando otro taxi, que a esa hora, por cierto, son muy escasos. Entonces pensé: “cuántos taxis me habrá enviado Dios para sacarme del pantano, para llevarme a destino y no tuve la visión para verlos detenerse y esperarme a tan sólo unos pocos metros de mí, por mi falta de visión, miopía espiritual, falta de atención