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Construyo un futuro aunque a veces me cuesta creer

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Construyo un futuro aunque a veces me cuesta creer Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Había tres hombres picando piedras. Entonces viene el pastor y pregunta a uno de ellos: -¿Qué es lo que haces? -Pastor ¡Qué pregunta! ¿Es que acaso no ve lo que estoy haciendo? Responde el hombre con gesto de fastidio. -Pues, ¡picando piedras! agrega. Entonces, el pastor se acerca al segundo de los picapedreros y le hace la misma pregunta: -Y tú, ¿Qué es lo que haces? Entonces el segundo hombre responde: -¡Preparo las piedras para los cimientos de una pared! Y finalmente el pastor se dirige al tercer pica-piedras y formula exactamente la misma pregunta: -Y tú, ¿Qué estás haciendo? -Ah! Pastor… ¡Trabajo en la construcción del templo! Responde con marcado entusiasmo. Tres hombres haciendo exactamente lo mismo. Tres visiones totalmente distintas. Hace unos días tuve una interesante propuesta de trabajo en el ámbito ec

Una mano que no me soltará

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Una mano que no me soltará Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace un par de semanas tuve oportunidad de escuchar un mensaje vibrante. Uno de esos sermones que sin aplausos y sin estridencias, sin gritos ni susurros; dijo lo que tenía que decir y cómo tenía que decirlo. La Palabra y el Espíritu de Dios se ocuparon del resto. Se movilizaron corazones esa mañana y se tomaron decisiones de fe. Uno de los que tomó decisiones de fe, es quien esto escribe. En medio de ese mensaje, estuvo esta anécdota: La mamá y su pequeña hijita a punto de cruzar una gran avenida. Entonces, mamá dice: -Hija, tomate de mi mano, que vamos a cruzar. -¡No, mamita! ¡Agarrate vos de mi mano! Respondió la niña. Un gran signo de pregunta se hizo en la cabeza de la mujer. ¿Desde cuándo su pequeño angelito estaba en condiciones de enseñarle a su mamá a cruzar una gran avenida? Como si supiera lo que mamá pensaba, la chiquitita añadió: -Si yo te tomo de l