Visite el pasado sólo para esto
Alex López
La Catapulta
http://lacatapulta.net/vidacristiana/
Todos los derechos reservados-Publicado con permiso
Hay tres direcciones en las que podemos pensar. Podemos pensar en el ayer, en el hoy y en el mañana.
Las tres direcciones suman a nuestra vida y las tres direcciones, también pueden restarnos.
Si vivo sólo en el ayer, corro el riesgo primero, de depender de los éxitos pasados. ¿Qué nuevas historias y hazañas estoy produciendo hoy?
Si vivo sólo en el ayer, puede enfocarme sólo en mis fracasos. Lo hecho, hecho está. No hay nada que podamos hacer por el pasado para cambiarlo, excepto pedir perdón a Dios y restituir lo restituible. La única esperanza está en el futuro.
No debo vivir en el ayer, pero sí visitarlo para aprender de él. Aprender de mis errores para evitarlos y de mis éxitos para imitarlos.
No sólo debo visitar mi pasado para pensar en mis éxitos y en mis fracasos, sino en la historia de lo que soy hoy. ¿Quién soy y no me gusta? Algo comenzó en el pasado.
Sentarme a escribir de dónde viene mi historia de algo con lo que estoy batallando hoy es fantástico. Nos hace conscientes de los acontecimientos que marcaron nuestras vidas y de donde aprendimos mecanismos que hoy ya no necesitamos.
Y, en situaciones similares a las que nos marcaron, resultamos siendo personas con dos o seis décadas de vida, pero reaccionando ante las personas y el mundo, con la madurez, paciencia y auto control de un niño de tres años.
Cuando con mis clientes me pongo el sombre de Coach Ejecutivo, quieren alcanzar una meta para lo cual los acompaño. No voy detrás de ellos empujándolos, ni delante de ellos jalándolos, sino a su lado, acompañándolos.
Pero lo que veo en la mayoría de los casos, es que viven en su presente de dolor, sin la consciencia que existe un mañana por el que deben trabajar. O, de una pasado que tiene mucho de bien para ellos.
Y, con ellos, visito el pasado con preguntas abiertas sólo para aprender. ¿Y cuándo sí has podido hacer esto? Su rostro se ilumina y viajan a una época de la universidad, del colegio o de su infancia. Y, encuentran recursos en su propia historia de vida, para seguir haciendo historia en su vida.
Visite el pasado también, para contar las bendiciones que Dios le ha dado a lo largo de la vida. Y, doblar rodillas ante él en gratitud y agradecimiento. Y, también, hacia las personas que de muchas maneras han sido de bendición para su vida.
El pasado tiene cosas buenas, malas y horribles. Pero vivir sólo allá es morir al hoy y a la esperanza de un futuro mejor.
Dios en su Hijo Jesús, es especialista en perdonar y borrar pasados, a fin de darnos un futuro de esperanza.
¿Cómo verá su pasado?, ¿Cuándo y para qué lo visitará?, ¿De qué pecados debe arrepentirse y confesarlos a Dios?
En la siguiente publicación, le compartiré algo, pero sobre nuestro presente y cómo vivirlo. Un abrazo…
“Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: «Tú eres mi Dios». 15 Mi vida entera está en tus manos; líbrame de mis enemigos y perseguidores. 16 Que irradie tu faz sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame.” Salmo 31:14-16
Las tres direcciones suman a nuestra vida y las tres direcciones, también pueden restarnos.
Si vivo sólo en el ayer, corro el riesgo primero, de depender de los éxitos pasados. ¿Qué nuevas historias y hazañas estoy produciendo hoy?
Si vivo sólo en el ayer, puede enfocarme sólo en mis fracasos. Lo hecho, hecho está. No hay nada que podamos hacer por el pasado para cambiarlo, excepto pedir perdón a Dios y restituir lo restituible. La única esperanza está en el futuro.
No debo vivir en el ayer, pero sí visitarlo para aprender de él. Aprender de mis errores para evitarlos y de mis éxitos para imitarlos.
No sólo debo visitar mi pasado para pensar en mis éxitos y en mis fracasos, sino en la historia de lo que soy hoy. ¿Quién soy y no me gusta? Algo comenzó en el pasado.
Sentarme a escribir de dónde viene mi historia de algo con lo que estoy batallando hoy es fantástico. Nos hace conscientes de los acontecimientos que marcaron nuestras vidas y de donde aprendimos mecanismos que hoy ya no necesitamos.
Y, en situaciones similares a las que nos marcaron, resultamos siendo personas con dos o seis décadas de vida, pero reaccionando ante las personas y el mundo, con la madurez, paciencia y auto control de un niño de tres años.
Cuando con mis clientes me pongo el sombre de Coach Ejecutivo, quieren alcanzar una meta para lo cual los acompaño. No voy detrás de ellos empujándolos, ni delante de ellos jalándolos, sino a su lado, acompañándolos.
Pero lo que veo en la mayoría de los casos, es que viven en su presente de dolor, sin la consciencia que existe un mañana por el que deben trabajar. O, de una pasado que tiene mucho de bien para ellos.
Y, con ellos, visito el pasado con preguntas abiertas sólo para aprender. ¿Y cuándo sí has podido hacer esto? Su rostro se ilumina y viajan a una época de la universidad, del colegio o de su infancia. Y, encuentran recursos en su propia historia de vida, para seguir haciendo historia en su vida.
Visite el pasado también, para contar las bendiciones que Dios le ha dado a lo largo de la vida. Y, doblar rodillas ante él en gratitud y agradecimiento. Y, también, hacia las personas que de muchas maneras han sido de bendición para su vida.
El pasado tiene cosas buenas, malas y horribles. Pero vivir sólo allá es morir al hoy y a la esperanza de un futuro mejor.
Dios en su Hijo Jesús, es especialista en perdonar y borrar pasados, a fin de darnos un futuro de esperanza.
¿Cómo verá su pasado?, ¿Cuándo y para qué lo visitará?, ¿De qué pecados debe arrepentirse y confesarlos a Dios?
En la siguiente publicación, le compartiré algo, pero sobre nuestro presente y cómo vivirlo. Un abrazo…
“Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: «Tú eres mi Dios». 15 Mi vida entera está en tus manos; líbrame de mis enemigos y perseguidores. 16 Que irradie tu faz sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame.” Salmo 31:14-16
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