Visite el futuro en su mente para esto

Alex López
La Catapulta
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Hay tres direcciones en las que podemos pensar. Podemos pensar en el ayer, en el hoy y en el mañana.

Las tres direcciones suman a nuestra vida y las tres direcciones, también pueden restarnos.

Si vivo sólo en el ayer… Ese fue el tema de la publicación anterior. Puede leerla dando clic aquí. Y, luego, continuar con esta.

Si sólo vivo en el mañana obtengo algo muy importante y es dirección. Bien se ha dicho, que el que no tiene metas, ya llegó.

Ver el futuro que queremos llegar a ser y describirlo vívidamente como si ya lo tuviéramos hoy, nos da dirección. Esta dirección, a la vez, nos presenta un desafío por el cual esforzarnos y despertar cada mañana.

Alguien soñó con volar y hoy existen los aviones. Alguien soñó con la penicilina y hoy, se curan infecciones. Alguien soñó con una carrocería y ruedas, y tenemos carros. Los sueños siempre anteceden a los logros.

Stephen R. Covey, el autor del libro, Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva, hablaba sobre las dos creaciones. La primera es mental y la segunda real.

Usaba el ejemplo de un arquitecto. La primera creación no es la real o tangible, sólo existe en el mundo de la mente. Por lo tanto, es intangible. Primero se realizan todos los planos y sólo después de esta primera creación en papel, se comienza con la segunda creación.

Jim Rohn, un gran pensador, solía decir: “Préstele inspiración al futuro”. También agregaba: “No podemos soportar el desierto, a menos que sepamos que frente a nosotros, existe una Canaán, una tierra prometida”.

Ver el futuro y describirlo vívidamente como si ya lo hubiéramos alcanzado, nos permite prestarle inspiración al futuro. Ver lo que queremos ser y hacer, y entonces, esforzarnos para alcanzarlo.

El futuro nos da dirección, nos da inspiración y también esperanza. Toda la historia de la Biblia, desde la caída en pecado y del status y relación original que tenían Adán y Eva con Dios, nos habla y apunta a Jesús. El segundo Adán, perfecto, justo y sin pecado. Quien nos redime (paga el precio por nuestra libertad del pecado) y será el rey eterno y justo. Quien es nuestro abogado ante el Padre y quien regresará como juez.

Pero el futuro no sólo suma. También puede restarnos. Quien sólo vive en el futuro suele vivir preocupado. Como bien se ha dicho, ansiedad, es el exceso de pensamiento futuro.

Esto, especialmente al ver los cuadros más catastróficos que nuestra mente elabora sobre nuestra vida.

En ocasiones, solemos pensar tan catastróficamente, que ya nos sentimos en la catástrofe y esta, ni siquiera ha llegado y probablemente, tal vez nunca llegue ese escenario que hemos construido en nuestra mente.

Jesús nos dijo que bastaba a cada día su propio afán. Sea previsor, piense en el mañana, pero si sólo vive en el mañana, perderá el gozo de vivir el hoy. Y, de eso, escribiré en la siguiente publicación.

“Pero yo, Señor, en ti confío, y digo: «Tú eres mi Dios». 15 Mi vida entera está en tus manos; líbrame de mis enemigos y perseguidores. 16 Que irradie tu faz sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame.” Salmo 31:14-16

“Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” 32 Los paganos andan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. 33 Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. 34 Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.” Mateo 6:31-34

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