Por qué John Stott vivía con menos

Andy Jones
Coalición por el Evangelio
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Todos los derechos reservados-Publicado con permiso

Tengo un ejemplar del African Bible Commentary [Comentario Bíblico Africano] junto a mi Biblia. Me ayuda a entender las Escrituras y me da la oportunidad de aprender de hermanos y hermanas de todo el mundo. Ese comentario existe, en parte, gracias a la generosidad de John Stott. Él se sintió inspirado a «elevar el nivel de la predicación bíblica» en lugares con pocos recursos durante sus viajes por el mundo. Renunció a todos los derechos de autor de sus libros para ver a las iglesias fortalecidas por la erudición bíblica y los recursos como el comentario que está en mi mesa de noche.

Hace once años, el 27 de julio de 2011, Stott entró a su recompensa eterna y se encontró con su Salvador cara a cara. Muchos cristianos conocen los escritos y el ministerio público de Stott, pero este mantuvo en privado las decisiones que tomó sobre sus finanzas personales y su nivel de vida. A medida que he ido aprendiendo más sobre esa faceta de la fe de Stott en los últimos años, he descubierto cómo su vida modela una mentalidad del reino en medio de una cultura impulsada por el consumo.

Sacrificio en un mundo material

Vivimos en una época de excesos. Nuestra falta de negación propia y de moderación se extiende a las compras, la alimentación y la cantidad de entretenimiento que consumimos. La vida de Stott contrasta con nuestras tendencias culturales.

Vivimos en una época de excesos. La vida de Stott contrasta con nuestras tendencias culturales

Todos los que han visitado a Stott en la iglesia All Souls Church —desde su asistente de estudio hasta los que le acompañaron en sus viajes internacionales— hablan de su generosidad y su estilo de vida sencillo, del modo en que se inclinaba hacia el sacrificio en lugar de la indulgencia.

Stott dedicó un capítulo entero a la sencillez en su libro El discípulo radical. Allí dijo:

El materialismo es una obsesión hacia las cosas materiales, y esto podría sofocar nuestra vida espiritual. Jesús enseñó que no acumuláramos tesoros en la Tierra, y nos advirtió contra la codicia. Lo mismo hizo el apóstol Pablo, alentándonos a desarrollar un estilo de vida caracterizado por la sencillez, la generosidad, y el contentamiento, y se refirió a su propia experiencia de haber aprendido a estar satisfecho en cualquier circunstancia (Fil 4:11).

Estas son tres verdades que he aprendido sobre la simplicidad al estudiar la vida y los escritos de Stott.

1. La simplicidad es bíblica

La conciencia del cristiano debe ser guiada por las Escrituras y cuando se trata de posesiones materiales, esto significa alejarse de los errores paralelos del ascetismo (Col 2:20-23) y del materialismo. Como escribe Lucas: «Estén atentos y cuídense de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes» (Lc 12:15).

Entramos y salimos del mundo sin nada. Entre tanto, el cristiano debería poder decir con Pablo: «Si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos» (1 Ti 6:8). Como dijo Stott: «La vida en la tierra es una breve peregrinación entre dos momentos de desnudez. Por eso sería prudente que viajáramos ligero».

Limitar nuestro estilo de vida tiene muchas ventajas. Un cristiano que vive con sencillez puede dar más (1 Ti 6:18) y expresar una gratitud más profunda por los regalos inesperados (1 Ti 4:4-5). Es una forma tangible de que los ricos de este mundo obedezcan el mandato de Pablo de «no ser altaneros ni poner su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos» (1 Ti 6:17). El Pacto de Lausana, documento confesional del que Stott fue el principal artífice, resume esta responsabilidad: «Quienes vivimos en situaciones acomodadas aceptamos nuestro deber de desarrollar un estilo de vida sencillo a fin de contribuir de manera más generosa, tanto para la asistencia como la evangelización».

2. La simplicidad es intencional

La simplicidad no es algo natural en una cultura de consumo. Los que viven en sociedades ascendentes deben tomar decisiones intencionadas. Para Stott, esto significaba vivir en un pequeño piso y disfrutar de comidas sencillas. Sus amigos dicen que rechazaba las porciones extra de comida por un sentimiento de solidaridad con los pobres. La chaqueta azul que solía ponerse estaba a punto de romperse, y una vez se avergonzó al admitir que se había comprado un segundo par de zapatos. Estas decisiones dejaban claro que su vida no se definía por la riqueza material.

La vida en la tierra es una breve peregrinación entre dos momentos de desnudez. Por eso, sería prudente que viajáramos ligero

Stott extendió su minimalismo a las posesiones personales (excluyendo los libros). Su refugio para escribir era una pequeña cabaña sin electricidad en la costa de Gales, donde pasaba mucho tiempo escribiendo sus libros a mano.

Aunque Stott se negó a sí mismo pequeñas comodidades y conveniencias, era muy consciente de que su estilo de vida en Londres seguía siendo acomodado en comparación con el cristiano promedio en el mundo. Por ello, Stott puso freno a la búsqueda de más y, en cambio, practicó el contentamiento y la gratitud bíblicos.

3. La simplicidad es sacrificial

Un representante del fondo literario de John Stott afirma que formó parte de al menos sesenta proyectos editoriales de los que se le debían regalías. La mayoría de ellos eran volúmenes individuales que escribió, como Cristianismo básico o La cruz de Cristo; otros eran series que editó.

Stott se negó a aceptar las regalías de todos ellos. En su lugar, Stott asignó irrevocablemente sus ganancias a un fondo en el que los recursos se utilizaron para multiplicar los estudios bíblicos, la formación pastoral y los comentarios de autoría local en África, Asia y América Latina. Esa donación, ahora multimillonaria, a lo que se convertiría en la Asociación Langham, es un regalo que sigue teniendo un impacto a través de recursos como el African Bible Commentary [Comentario Bíblico de Áfricano].

La simplicidad para ti

La simplicidad no se verá igual en todos los cristianos. El enfoque de una familia numerosa en una zona rural será diferente al de un hombre soltero que vive en la ciudad como Stott. Es una cuestión de libertad, y los creyentes pueden hacer lo que les dicte su conciencia.

Pero más allá de nuestras circunstancias, seguir a Cristo significa defendernos de la influencia del materialismo que ahoga el alma. Utilicemos estos tres principios de la vida de John Stott como modelo para examinar la nuestra. Pregúntate: «¿Qué puedo reducir, eliminar o limitar en mi estilo de vida que me permita invertir intencionalmente y con sacrificio en el crecimiento de la iglesia de Cristo?».


Publicado originalmente en The Gospel CoalitionTraducido por Equipo Coalición.

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