LAS VENTAJAS DE ESTAR OCUPADO

Alex López
La Catapulta
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Este alto ejecutivo en una empresa me dijo: “Siempre busco estar ocupado. Porque cuando uno no está ocupado, es cuando piensa en lo que no debe”.

Me recuerda a ese momento en que el rey David se paseaba en la terraza de su palacio y vio bañándose a Betsabé, la esposa del oficial Urías, uno de los héroes de Israel. Fue en ese momento, que comenzó su caída. Si hubiera estado ocupado en otros asuntos, no se hubiera ocupado de este. Resultó atendiendo indebidamente a la esposa de otro al caer en adulterio y trajo desgracia sobre él y muchos más.

Estar ocupado tiene tantas ventajas. Estar ocupados nos permite producir más. Vea a alguien próspero y verá a alguien que estuvo ocupado antes. Es probable que hoy ya no esté tan ocupado, pero pagó el precio antes. Pero esa misma desocupación actual, puede convertirse en su tentación como lo fue en el caso del rey David. La prosperidad brinda tiempo y ese tiempo puede ser usado para bien o para mal. Ocuparnos nos permite producir más y a la vez, producir más nos da más energía y enfoque, para seguir produciendo más.

Claro está, que estar ocupados nos permite producir más, pero no nacimos para trabajar como un estilo de vida de 18 horas de trabajo diario. Trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar. Si no trabajamos, no comemos. Por algo Dios dejó un día de reposo. No sólo para descansar de todo, sino para meditar en nuestra relación con él y fortalecerla.

Estar ocupados, no significa no descansar nunca. Significa que en ocasiones estaremos ocupados, descansando. Y en nuestra agenda estará el descanso. Estar ocupados es más que hacer algo, es estar alertas en nuestra mente, sujetando nuestros pensamientos a los pensamientos de Cristo en todo momento.

Estar ocupados es importante, pero no al estilo de Marta la hermana de Lázaro, aquel quien murió y a quien Jesús resucitó. ¿Qué pasó con Marta? “Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! —Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.” Lucas 10:38-42

La única cosa necesaria y que trasciende a la eternidad, es ocuparnos de nuestra salvación y ocuparnos en vivir sentados a los pies del Señor. Obedeciendo los dos mandamientos más importantes, amar a Dios con todo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Vivamos sentados a los pies del Señor reconociendo su divinidad, su humanidad, su muerte, su resurrección, su salvación y la promesa de su segunda venida.

Ocúpese de las cosas de esta tierra, necesarias, pero temporales. Y, antes que ellas, ocúpese de las cosas celestiales y espirituales. Porque sólo estas trascienden a la eternidad. Lo demás aquí se queda. Ocuparnos en nuestra salvación es vivir cada momento, conscientes que Dios nos ve en todo momento y en todo momento buscamos honrarle. Es buscar las metas terrenales, honrando siempre al dador de la vida. ¿En qué debe ocuparse?, ¿De qué cosas debe desocuparse?

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