Conviértase en lo que usted es
John MacArthur
Teología Sana
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La vida cristiana es convertirse en lo que ya Cristo hizo de usted.
Supongamos que después que fue salvado, el Señor estampó en su frente lo siguiente: «Mírenme. Soy hijo de Dios». ¿Cómo le afectaría eso?
Es probable que no tengamos una marca física como esa, pero llevamos el nombre de Cristo en este mundo. Cuando confiamos por primera vez en el Señor Jesucristo, nos volvimos parte de su familia (Gálatas 4:1-7). Él «nos otorgó gratuitamente» su gracia (Efesios 1:6). Él «nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (1:3). Y tenemos una herencia rica y gloriosa en el cielo (1:18).
Como hijos de Dios, en verdad tenemos muchos derechos, honores y privilegios, pero Él espera que nos comportemos como hijos suyos. Así como los niños honran a sus padres obedeciéndolos, nosotros honramos a Dios andando como hijos dignos de Él. Nuestras acciones deben ser aprobadas por Él. Nuestros deseos deben ser los suyos. Nuestras metas y objetivos deben ser sus metas y sus objetivos.
Uno de mis profesores en el seminario me dijo una vez que toda la vida cristiana se reduce a lo que uno es. Debido a que uno es hijo de Dios, debe actuar como tal. En efecto, la raíz de la palabra griega traducida como «digno», en Efesios 4:1, habla de igualdad y equilibrio. Debería haber una armonía perfecta entre lo que usted es y cómo vive. No cumplimos nuestro compromiso con Cristo cuando no vivimos de esa manera.
Recuerde, sin embargo, que nuestra obediencia a Dios no debe ser una simple conformidad a las reglas y regulaciones por temor u orgullo legalista. Al contrario, debe conformarse a la justicia por gratitud y un profundo amor por Cristo.
Nuestro deseo de ser hijos dignos es el resultado de comprender y apreciar todo lo que Dios ha hecho por nosotros.
Filipenses 1:27 dice: «Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo». En otras palabras, actúe en conformidad con el evangelio. La elevada realidad del evangelio exige un estilo de vida acorde a ella.
Sugerencias para la oración: Pídale al Señor que le ayude a actuar como hijo de Él.
Para un estudio más profundo: Lea 1 Juan 2:6. Cristo es nuestro supremo ejemplo del andar digno.
Encuentre ejemplos en los evangelios en los que se muestre el compromiso de usted con el Padre. ¿Cómo puede seguir su ejemplo hoy?
Supongamos que después que fue salvado, el Señor estampó en su frente lo siguiente: «Mírenme. Soy hijo de Dios». ¿Cómo le afectaría eso?
Es probable que no tengamos una marca física como esa, pero llevamos el nombre de Cristo en este mundo. Cuando confiamos por primera vez en el Señor Jesucristo, nos volvimos parte de su familia (Gálatas 4:1-7). Él «nos otorgó gratuitamente» su gracia (Efesios 1:6). Él «nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (1:3). Y tenemos una herencia rica y gloriosa en el cielo (1:18).
Como hijos de Dios, en verdad tenemos muchos derechos, honores y privilegios, pero Él espera que nos comportemos como hijos suyos. Así como los niños honran a sus padres obedeciéndolos, nosotros honramos a Dios andando como hijos dignos de Él. Nuestras acciones deben ser aprobadas por Él. Nuestros deseos deben ser los suyos. Nuestras metas y objetivos deben ser sus metas y sus objetivos.
Uno de mis profesores en el seminario me dijo una vez que toda la vida cristiana se reduce a lo que uno es. Debido a que uno es hijo de Dios, debe actuar como tal. En efecto, la raíz de la palabra griega traducida como «digno», en Efesios 4:1, habla de igualdad y equilibrio. Debería haber una armonía perfecta entre lo que usted es y cómo vive. No cumplimos nuestro compromiso con Cristo cuando no vivimos de esa manera.
Recuerde, sin embargo, que nuestra obediencia a Dios no debe ser una simple conformidad a las reglas y regulaciones por temor u orgullo legalista. Al contrario, debe conformarse a la justicia por gratitud y un profundo amor por Cristo.
Nuestro deseo de ser hijos dignos es el resultado de comprender y apreciar todo lo que Dios ha hecho por nosotros.
Filipenses 1:27 dice: «Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo». En otras palabras, actúe en conformidad con el evangelio. La elevada realidad del evangelio exige un estilo de vida acorde a ella.
Sugerencias para la oración: Pídale al Señor que le ayude a actuar como hijo de Él.
Para un estudio más profundo: Lea 1 Juan 2:6. Cristo es nuestro supremo ejemplo del andar digno.
Encuentre ejemplos en los evangelios en los que se muestre el compromiso de usted con el Padre. ¿Cómo puede seguir su ejemplo hoy?
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