No con mi propia luz, mas con la luz de Cristo
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas. (1 Pedro 1:1-2 RV60) Me emociona el vibrante saludo con que Pedro comienza su primera carta a los “expatriados de la dispersión…” (1ra. Pedro 1:1) “ Entre su fracaso inicial y la redacción de su carta, Pedro fue usado por Dios como catalítico en la formación de la iglesia primitiva. Pero una vez que fue quebrantado y humillado, su liderazgo fue completamente diferente de lo que hubiera sido sin su fracaso.” En las acertadas palabras de Charles R. Swindoll. (El poder de la esperanza. Charles R. Swindoll. Betania. USA. 1996) El sol brilla, las estrellas también lo hacen. Tienen luz propia. Sin embargo durante algunas no