Por el valle de las lágrimas
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com No existe la felicidad plena, completa, duradera, prolongada sin tiempo. Sólo existen momentos felices. Que la vida de algunas personas sea más feliz que las de otras dependerá de la intensidad, duración, pero fundamentalmente de la frecuencia de esos momentos felices. Mientras más momentos de esos haya en el transcurso de sus vidas tal vez se pueda decir que más felices son. Esto es tan sólo un pensamiento echado a volar a través de estas páginas. Seguramente habrá alguien con otra forma de pensar, otro concepto de la felicidad a quien le asista plenamente la razón desde su punto de vista. Esto es, por lo menos, lo que le ha tocado experimentar a quien esto escribe. Lo cierto es que nuestra actual forma de vivir, más allá de las diferencias, más allá de cuán placenteros o sufridos sean los días que nos toca vivir en esta tierra tal como la conocemos, es herencia de nuestros padres naturales Adán y Eva. No fue