Entradas

Una bendición cada día

Imagen
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Y cuando el rocío cesó de descender,   he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda,   redonda,   menuda como una escarcha sobre la tierra. Y viéndolo los hijos de Israel,   se dijeron unos a otros:   ¿Qué es esto?   porque no sabían qué era.   Entonces Moisés les dijo:   Es el pan que Jehová os da para comer. Esto es lo que Jehová ha mandado:   Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer;   un gomer    por cabeza,   conforme al número de vuestras personas,   tomaréis cada uno para los que están en su tienda. Y los hijos de Israel lo hicieron así;   y recogieron unos más,   otros menos; y lo medían por gomer,   y no sobró al que había recogido mucho,   ni faltó al que había recogido poco;   cada uno recogió conforme a lo que había de comer. Y les dijo Moisés:   Ninguno deje nada de ello para mañana. Mas ellos no obedecieron a Moisés,   sino que algunos dejaron de ello para otro día,   y crió gusanos,   y

Creciendo en la Gracia

Imagen
Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hubo una época en mi vida en que cada domingo a la mañana no pasaba un culto en la iglesia sin que yo tuviera que pedir perdón a alguien por algún motivo. Uno de esos tristes momentos, recuerdo, cayó justamente el día de mi cumpleaños. Aún permanece vívido en mi mente el recuerdo como si hubiese sido ayer. ¿Qué significaba eso? ¿Qué yo era el peor de todos y los demás perfectos, que nunca se equivocaban con nadie ni se tenían que humillar ni disculpar por nada? Eso es lo que al menos, parecía. Sin embargo si había una realidad, es que mi autoestima iba de mal en peor. Indudablemente, los otros también cometieron faltas contra mí, sólo que no lo reconocieron a tiempo o   debidamente. Si alguna vez reconocieron algo, lo hicieron a medias o con argumentos, pretendiendo alguna clase de negociación. “Reconozco que hice esto o aquello, pero tú también me has ofendido en esto, esto, esto otro, más esto y …” ¡largu