Resentimiento
Hay enfermedades que causan terribles daños en el cuerpo, inclusive, la muerte. Pero existe un flagelo mucho peor que la más cruel y devastadora de las enfermedades: el resentimiento. Un rose, una disidencia, diferencias; un gesto, rechazo, celos; un intercambio de palabras al que en su momento no se le dio suficiente importancia… pueden ser tantas las causas que lo generan. Lo realmente terrible es que comienza con un acto aparentemente sin mayor relevancia y sutilmente va desarrollándose, creciendo, tomando fuerza; envenenando, devastando, erosionando; lenta, pero eficazmente el alma. Sólo es cuestión de tiempo. Pueden ser horas, días, años inclusive. El resultado final es exactamente el mismo. Una causa a la que no se le prestó la debida atención o no fue resuelta como corresponde en su momento, hoy genera una molestia. Mañana es un rechazo, en cierto tiempo más, odio ardiendo, quemando y corriendo literalmente como ríos de lava devastando a su paso el alma y el es...