Bailando con muletas
Bailando con muletas
Por: Luis Caccia Guerra para www.mensajesdeanimo.com
Ignoro cómo se denomina en otros
países, pero en el mío se llama “muleta”. Es una especie de
bastón largo, robusto, convenientemente reforzado; que puede llegar
hasta el codo o la axila y que consta de una empuñadura en el medio
para que el usuario se pueda sujetar firmemente. Es útil para
aquellas personas que tienen problemas para caminar con una o ambas
piernas, o carecen de una de ellas.
Cuando me accidenté un pie y estuve
por un tiempo con la clásica bota de yeso, tuve que andar con un
bastón, imposibilitado de poder caminar con una de mis piernas,
hasta que estuve en condiciones de apoyar el pie. Tuve la opción de
elegir entre bastón o muleta que es más segura, pero el uso de esta
última francamente, me aterrorizaba. Haber experimentado esta
relativamente breve limitación, aún con la certeza -en mi caso- de
que ya en poco más de un mes iba a poder comenzar a caminar
normalmente me inspira un profundo respeto hacia quienes no tienen
esa opción y deben valerse de muletas por un prolongado lapso de
tiempo, algunos inclusive, de por vida. Al momento de escribir esto,
y a pesar del largo tiempo transcurrido; afloran en mi mente con
extraordinaria nitidez recuerdos y detalles del accidente … como si
hubiera ocurrido ayer. Hasta el agudo dolor de huesos rotos, puedo
volver a sentir. Creo que Dios, por cuestiones que prefiero
reservarme, me enseñó una formidable lección aquella terrible y
dolorosa tarde de agosto.
Hay un momento tan fugaz como
traumático, de crisis e intenso dolor, durante el que nada podemos
hacer para evitarlo. Es esa fracción de segundo cuando se
desencadena el evento. Quienes han experimentado un accidente sin
importar su mayor o menor gravedad, conocen bien de qué hablo.
Luego sobreviene el trauma. Salir de la
crisis o permanecer años, inclusive toda la vida sumergidos en ella,
sí depende de cada uno de nosotros.
Días atrás, pude ver en TV a un
hombre con una de sus piernas parcialmente amputada... ¡bailando con
una muleta! Describirlo podría parecer tétrico, de mal gusto. Verlo
moverse con una habilidad y precisión extraordinaria al compás de
la música y con una coreografía algo enredada y compleja, una
verdadera lección de vida y de superación.
Hoy caigo en la cuenta de que a pesar
de que en lo físico puedo caminar normalmente, nunca abandoné ese
bastón. Me veo literalmente bailando la danza de esta vida en
muletas. No se ven, pero están. Y es que muchas personas andamos por
la vida con muletas o bastones, apoyándonos en hábitos, cábalas,
supersticiones, creencias infundadas, o haciendo las cosas de
determinada manera y no de otra por temor al fracaso o lo que es lo
mismo, a la caída. No queremos abandonar viejas formas de ser, de
vestirnos, de relacionarnos; nos aferramos a situaciones laborales,
personales, familiares, que muchas veces nos hacen daño, prefiriendo
la relativa comodidad de una mala situación ante el temor de caer en
otra peor, como quien se agarra a un madero flotando en el medio del
mar. Como quien anda con muletas teniendo la posibilidad de correr
libre por esta vida.
Mis primeros pasos con el pie enyesado
y un bastón fueron inseguros y dolorosos. A veces pienso que no han
cambiado mucho las cosas desde aquel entonces. Hay para quienes el
dolor, el temor y la inseguridad son un hábito de vida.
Ese instante de la situación terrible
que desencadenó el actual estado tal vez sí, tal vez no lo pudimos
evitar. El hecho concreto es que ocurrió y de alguna manera nos
marcó. Pero permanecer en el miedo, la tristeza, el dolor, la
inseguridad; definitivamente depende de nosotros.
Por
eso anímense mutuamente y edifíquense juntos, como ya lo están
haciendo. Hermanos, les rogamos que se muestren agradecidos con los
que trabajan para ustedes, los dirigen en el Señor y los corrigen.
Ténganles mucho aprecio y cariño por lo que hacen. Y vivan en paz
entre ustedes. Les rogamos también, hermanos, que reprendan a los
indisciplinados, animen a los indecisos, sostengan a los débiles y
tengan paciencia con todos.
(1
Tesalonicenses 5:11-14 BLA)
Aviso legal: La imagen que ilustra el presente artículo es original de www.mensajesdeanimo.com
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