Cómo instruir a nuestros hijos en la temporada navideña?

David McCormick
Coalición por el Evangelio
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Todos los derechos reservados-Publicado con permiso


La Navidad nos presenta una oportunidad para recordar, conocer y honrar el evangelio que nos une a la familia de Dios. Nuestros hijos nos verán con ojos curiosos, tratando de entender el sentido de lo que escuchan y ven en sus entornos. Seguramente entonarán canciones, recibirán regalos, comerán cosas de la temporada y crearán muchas memorias con un tinte navideño.

Ante mensajes confusos sobre el espíritu, origen y propósito de la Navidad, todavía podemos enfocarnos en el mensaje de que Jesús vino a esta tierra para realizar Su gran plan de redención. Dios estableció fiestas, en el Antiguo Testamento, como parte del calendario para Su pueblo. Uno de los propósitos de esto fue que su corazón olvidadizo recordara el amor de Dios demostrado en la redención de Egipto. Aunque la Navidad luce diferente a esas fiestas judías, los principios de recordar y celebrar la bondad de Dios de manera calendarizada siguen siendo útiles y nos ayudan a tener un mejor enfoque en esta temporada comercializada.

Entonces, en nuestro contexto, ¿cómo podemos redireccionar nuestro enfoque, y ayudar a nuestros hijos, para no contaminar esta oportunidad de recordar y celebrar el nacimiento de Jesús?

Continuamos celebrando el evangelio

Como un principio general, es importante señalar que en la temporada navideña seguimos celebrando el evangelio. Nuestro trabajo como padres es guiar y equipar a nuestros hijos para recordar la razón principal no solo de esta temporada, sino de todas nuestras vidas.

Ante mensajes confusos sobre la Navidad, todavía podemos enfocarnos en el mensaje de que Jesús vino a esta tierra para realizar Su gran plan de redención

Si vivimos una vida centrada en Cristo, la temporada de Navidad será una continuación natural de la narrativa que vivimos todos los días. Podemos ser más intencionales en aprender sobre el nacimiento de Jesús, pero para los hijos de Dios la Navidad se celebra todos los días cuando meditamos en el evangelio que nos salva. Nosotros tenemos redención y salvación porque Jesús llegó a la tierra, murió y fue resucitado para poder llevarnos a casa.

Somos intencionales en enfocar las tradiciones en Cristo

A un nivel más práctico, ciertas tradiciones pueden servirnos para enfocar nuestra mirada en Cristo, cuando nuestros corazones sienten la atracción de la comercialización de la temporada. Te comparto algunas de mis favoritas para practicar en familia.

1. Usen los ritmos de Adviento

Celebrar el Adviento es una manera poderosa de enseñar a nuestros hijos sobre los fundamentos de la fe y de aprender acerca de lo que Dios orquestó cuando cumplió las profecías sobre el Mesías.

Te invito a dedicar un tiempo en casa cada domingo de diciembre para aprender, leer y orar como familia. Pueden leer un capítulo del Evangelio de Lucas todos los días de diciembre, lo que los llevará a culminar la lectura el 24 del mes. Esta ha sido una manera práctica en nuestra familia de estudiar la vida de Jesús de una forma intencional y enfocada en la verdad revelada sobre el Mesías.

También puedes leer este libro digital gratuito con devocionales sobre el Adviento.

2. Recuerden que Jesús es el centro

Una tradición que puede tener mucho sentido para los hijos más pequeños es hacer un pastel de cumpleaños para Jesús, y la noche del 24 cantar y celebrar que el Mesías haya nacido. Aunque probablemente Jesús no nació en esa fecha exacta, podemos dedicar este espacio oportuno para celebrar el único nacimiento de alguien eterno. Si festejamos los cumpleaños de nuestros familiares con pastel y una celebración, ¿por qué no honrar a Jesús de esta manera?

Esta es solo una idea para tu consideración, pero el punto que quiero transmitirte es que necesitamos ser intencionales en recordar que Jesús es el centro de la Navidad. Teniendo en cuenta que los colegios, abuelos, tíos y amigos van a tener regalos para tus hijos, necesitas hacer mucho esfuerzo para nadar contra la corriente individualista que convierte la navidad en algo enfocado en recibir regalos.

3. Inviertan como familia en otros

Una tradición que practicamos con nuestros hijos para girar el enfoque egocéntrico es hacer un plan de cómo canalizar recursos y pasar un tiempo como familia bendiciendo a alguien más.

Si vivimos una vida centrada en Cristo, la temporada de navidad será una continuación natural de la narrativa que vivimos todos los días

Muchas veces nuestros hijos quieren servir, pero no saben cómo. Así que este año podemos hacer un plan juntos como familia donde todos generen ideas de cómo servir y bendecir a otra persona de la comunidad. Siendo adolescente, recuerdo una vez que invitamos a una señora sola de la tercera edad a nuestra cena navideña con nuestra familia. Ella no tenía a ningún familiar en la ciudad y disfrutó mucho de compartir ese tiempo con nosotros. Sin embargo, si no lo hubiéramos planificado, nunca hubiera sucedido.

En vez de inundarnos con el estrés y afán de tener todo perfecto para esta Navidad, ¿cómo pueden invertir más tiempo bendiciendo a otras personas? Tus hijos aprenderán mucho sobre tus valores y podrán ver la naturaleza dinámica de dar y recibir.

4. Celebren con la iglesia

Como lo es en todo momento, es importante que como cristianos estén conectados a una iglesia local para celebrar en comunidad lo que Dios ha hecho para la humanidad. Lean la Palabra juntos, dediquen tiempo para agradecer a Dios por Jesús y celebren la verdad que un día Dios llegó «al barrio» de la humanidad para vivir entre nosotros.

Como seguidores de Cristo, nuestra vida entera gira en torno al evangelio y la Navidad contempla una parte importante de esas buenas nuevas.

Celebremos que el Salvador nació

La Navidad es una oportunidad de recordar lo que más importa: Jesús llegó a sujetarse a las limitaciones de la creación para que tuviéramos un puente entre nuestro estado quebrantado y el Padre perfecto que nos espera con brazos abiertos. Esta es una historia digna de contar y celebrar.

Comamos, sirvamos, cantemos y leamos con nuestros hijos para que aprendan a recordar y celebrar que el Salvador del mundo nació.





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