La luz no necesita más luz

Alex López
La Catapulta
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Jesús dijo que somos la luz del mundo porque en medio de las tinieblas de esta tierra, debemos ser altamente visibles. La luz en la oscuridad es incapaz de esconderse. Y si se cubre la luz con algo ¿Cuál sería su propósito?

Nosotros brillamos cuando otros ven nuestras buenas obras que son el fruto del arrepentimiento de pecados, de reconocer que existe un Creador, de aceptar sus mandamientos que encontramos en la Biblia, y a Jesús – Dios hecho hombre – como el Salvador de nuestros pecados quien murió en nuestro lugar en la cruz.

Brillamos cuando la gente ve que somos diferentes. Tenemos la oportunidad de mentir y decimos la verdad. Tenemos la oportunidad de robar y no lo hacemos. Tenemos la oportunidad de recibir soborno y no lo aceptamos. Tenemos la oportunidad de pecar y huimos. A ésta especie rara de gente que tiene un compromiso con el ojo divino más que con el humano, es a quienes Jesús les dijo que eran la luz. Este era su propósito. Brillar de tal forma que la gente quisiera ser como ellos y terminara adorando al Padre que está en el cielo, gracias a su testimonio de vida.

Ahora imagínese a alguien a plena luz del día con una linterna encendida en su mano mientras sigue de día. ¿Tiene sentido? ¿Qué pensaría de esta persona? Esto es precisamente lo que hacemos los cristianos cuando invitamos la luz a la luz. ¿A qué me refiero? A que sin importar a qué congregación pertenezcamos, invitemos a ella únicamente a nuestros amigos que no son cristianos. Esto es brillar. Porque cuando invitamos a cristianos de otras congregaciones a que se pasen a la nuestra, no estamos brillando. Sólo estamos llevando la luz a la luz. Y la luz no necesita más luz.

Proponga en su corazón no llevar la luz a la luz, sino llevar la luz a las tinieblas. Llevar la luz a la casa de aquel pariente o amigo que no conoce el evangelio y que vive en tinieblas.  Con su nacimiento Jesús dividió la historia en un antes y un después de Cristo. Y hoy sigue dividiendo la historia de toda persona que se arrepiente de sus pecados en un antes y un después de Cristo. Y entonces surgen los testimonios gracias a aquel que fue luz en las tinieblas, en donde el amigo que entregó su vida a Jesús puede contar su historia en dos etapas: Yo era… Pero ahora soy… Mi antes… Mi después de Cristo…

Ya no más luz a la luz. Llevemos la luz a las tinieblas. Esto es cumplir la Gran Comisión y no la Gran Intromisión. Y si alguien lo invita a pasarse a otra congregación, anímelo a dejar de llevar la luz a la luz y a llevar la luz a las tinieblas. Esto es pescar en el mar abierto y no pescar en pecera.

“Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.” Mateo 5:16 NVI

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