Pesa mas lo que usted dice de usted o lo que Dios dice de usted

Alex López
La Catapulta
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Piénselo por un instante ¿Con quién habla más usted? No, no es con su mejor amigo. Es con usted mismo.

Constantemente vivimos hablándonos a nosotros mismos. Este diálogo interno ocurre en nuestras mentes. ¿Qué nos decimos?

Generalmente los seres humanos solemos vernos y decirnos lo que Dios no dijo de nosotros.

En ocasiones nos faltamos el respeto y nos decimos cosas que otros no dirían de nosotros, desconfiamos de nuestras capacidades, pensamos ante las dificultades de la vida que todo está perdido, que no somos dignos de ser amados, que no llegaremos a hacer cosas grandes, que estamos solos, que no hay salida para nuestros problemas… ¿Cuánto más se ha dicho usted que Dios no ha dicho de usted?

Lo que decimos destruye la identidad que Dios desea que tengamos de nosotros. El único título seguro y garantizado eternamente es ser: hijo de Dios. Y, no entramos a esa posición por nuestras obras, sino por la obra de Cristo, el justo, al morir en la cruz del Calvario por nosotros. Por medio de él y su muerte, fuimos adoptados como hijos de Dios.

No importa qué se ha dicho. ¿Qué pesa más sobre su vida? ¿Lo que usted se dice sobre usted? o ¿Lo que Dios dice sobre usted?

Quiero que lea el siguiente pasaje bíblico y busque encontrar lo que Dios dice de usted. Anote sus descubrimientos. Esta es su identidad. Esto es lo que usted es en Cristo. Cada vez que venga un pensamiento denigrante o degradante sobre su persona, recuerde lo que Dios dice en este pasaje.

“Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.” La Biblia en Romanos 8:29-39

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