Aprendiendo a ser mejor hija tuya
Aprendiendo a ser mejor hija tuya
Por: Jésica Andrea para
www.mensajesdeanimo.com
¿Cuántas veces hemos querido
parecernos a nuestro Padre Celestial? Ser iguales a Él, dejando
atrás los errores, las faltas y el mal comportamiento que hemos
tenido delante de nuestro Señor.
Repasando el año que pasó 2015,
repasando mi vida, recordando mis ventajas y desventajas, mis
errores, mis faltas, mis pecados, mi alejamiento de mi Padre; también
escuchando hoy letras de canciones que tal vez se acerquen a lo que
muchos queremos tratar de decir con palabras que a veces se nos
escapan o no aparecen cuando las precisamos para expresarnos.
He hecho escritos sobre mis batallas
perdidas y ganadas y he resaltado ambas ¡Gloria al Señor por las
numerosas batallas en las que he salido Victoriosa gracias a El!
Desde el principio de mi vida hasta ahora, en estos jóvenes 23 años
de vida he aprendido mucho más de lo que pude imaginarme y llegar a
pensar.
Hoy, más que nunca quiero ser más
como tú Señor, conocer la Gloria que le diste a tu hijo, seguir
recibiendo a cada instante tu amor inmenso e infinito. Saber que
puedo caminar por las aguas cuando tú me llames, alzar el vuelo como
águila y volar sobre la tormenta sabiendo que tú me das la fuerza
para seguir.
Nada bueno hubo y hay en mí, mas
cuando me volví a acercar a tí, transformaste, renovaste,
cambiaste mi forma de ver, pensar, sentir las cosas, la vida y por
sobretodo, conocerte más a ti.
Aprendí a decidir perdonar a aquellas
personas que más me hirieron, aprendí a valorar a las personas por
su espíritu, por su belleza interna. Aprendí a respetar a los
demás, a no criticar ni juzgar a aquellos que pareciera que todo
juega a su favor y les va bien en la vida y no parece justo.
Aprendí y estoy aprendiendo, mejor
dicho, estoy en el proceso de aprendizaje, donde debo aprender a
esperar, a ser paciente, a entender los tiempos de Dios. Aprendí a
querer a mi país y bendecirlo para que Dios gobierne de forma justa
sobre él.
Aprendo a que no me soltaras en la
calma y en la tormenta, no me abandonarás, no me rechazarás, no me
olvidarás, no me dejarás ni por un instante, un momento sola. Me
sostendrás en tus manos con el cuidado que recibe un ave pequeña y
delicada. Lo has hecho durante todo este tiempo y Creo que lo
seguirás haciendo.
Crecer conociéndote es lo que más
anhelo hoy, saber que un día seré completa en ti. Hoy mi rostro
elevo a ti Señor, en ti, sé que viva estoy, me tocaste, me
llamaste, me buscaste, lo sigues haciendo, no quieres que nada ni
nadie me aparte de ti, de tu camino, el camino que has marcado para
que siga, de tus planes, de tu amor. Somos hijos tuyos.
Tengo decidido que tú eres mi fiel y
gran amigo, quiero caminar contigo y que tu camines conmigo, mi
corazón es tuyo, tú eres mi primer gran y verdadero amor.
No importa en donde esté, ni la
situación por la que esté pasando, ni donde me encuentre, tú estás
ahí conmigo, dándome el aliento y la fuerza que necesito para
seguir adelante, para levantarme y continuar.
He escrito también sobre los sueños
que tenemos cada uno de nosotros, tú conoces los míos y yo quiero
conocer los tuyos. Mas a veces me pareció injusto no ver parte o
algunos sueños hechos realidad, algunos de ellos no fueron hechos
para mí. Me costó entenderlo y aceptarlo, pero entendí que no
eran, no estaban hechos para mí. Otros sueños los tengo en un
segundo plano, son importantes, pero hay prioridades más importantes
aún. Como tú Señor, mi familia, mis estudios, mi vida, que a lo
largo de ella, seguro iré concretando cada sueño que anhelo desde
hace ya varios años. Sueños que para muchos, tal vez no tengan
sentido, pero yo creo que cada proyecto, sueño, emprendimiento tiene
un sentido, un mensaje tuyo que puede mostrarse.
Aprendo día a día a querer, a valorar
y a respetar más tu creación, tus maravillas. Toda tu creación, me
gozo al ver y saber cómo llamas mi atención.
“Enciende una luz y déjala
brillar, la luz de Jesús, que brilla en todo lugar, no la puedes
detener, no te puedes callar, ante tal necesidad, enciende una luz en
la oscuridad…” (Marcos Witt). Esta frase de un artista
cristiano, es la letra que más me gusta de muchas canciones. No hay
mucho que decir de ella, pues sola se hace entender, entender su
mensaje.
Todos los días enciendo una luz, pero
no solo para pedirle por una necesidad o un anhelo, también para
agradecerle todo lo que nos da, nos entrega a diario, su fiel
compañía, su amor inmenso, mejorar como personas, como hijos suyos,
pues si queremos conocer su Gloria, ser como El.
Quiero ser como tú, reflejar al mundo
tu amor.
estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
(Filipenses
1:6 RV60)
Aviso
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los derechos reservados.
Gracias Jesi por la motivación espiritual que me deja tu comentario. "Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven. (Salmos 56:13)
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