Sal de la tierra
Por: Luis Caccia Guerra para www.destellodesugloria.org
Un
creyente nunca es un elemento neutro dentro de una comunidad.
Una
iglesia, aunque no haga nada, tampoco lo es.
Había
un barco en alta mar a punto de zozobrar en medio de una espantosa
tempestad. Los marinos asustados trabajaban denodadamente sin éxito
mientras las olas embravecidas anegaban la embarcación. Uno solo de
ellos era creyente, aunque alejado de Dios hacía mucho tiempo.
Desesperado
alzó la mirada hacia el negro cielo y clamó: “¡Señor!
¡Hace quince años que no sé lo que es orar, ni leer una Biblia!.
¡Pero te prometo que si me sacás de ésta, no te vuelvo a molestar
por otros quince años más!!!”
Algo
parecido pasaba con Jonás. El barco en el que viajaba se hundía en
medio de la tormenta mientras él dormía. Era el único creyente en
Dios a bordo de esa embarcación. Cuando lo llamaron a ver si podía
hacer algo, dice la Escritura que:
“Jonás
contó a los marineros que él estaba huyendo del Señor, y ellos, al
oírlo y al ver que el mar se agitaba más y más, sintieron mucho
miedo y le preguntaron:
-¿Por
qué has hecho esto? ¿Qué podemos hacer contigo para que el mar se
calme?
-Pues
échenme al mar, y el mar se calmará –contestó Jonás-. Yo sé
bien que soy el culpable de que esta tremenda tempestad se les haya
venido encima. Los marineros se pusieron a remar con todas sus
fuerzas para acercarse a tierra, pero no lo lograron, porque el mar
se embravecía cada vez más. Entonces clamaron al Señor y dijeron:
"Señor, no nos dejes morir por culpa de este hombre. Y si es
inocente, no nos hagas responsables de su muerte, porque tú, Señor,
actúas según tu voluntad." Dicho esto, echaron a Jonás al
mar, y el mar se calmó.
(Jonás
1:10-15 DHH1996)
Con
frecuencia prestamos atención al pasaje del gran pez que traga a
Jonás en el mar y luego de tres días lo vomita en tierra, como una
figura de Cristo. Pero pocas veces nos detenemos a reflexionar sobre
lo que acontece inmediatamente antes de que Jonás fuese arrojado por
la borda.
Un
creyente NUNCA ES UNA ENTIDAD NEUTRA en donde sea, ni en medio de las
circunstancias en las que se encuentre. Junto con cada creyente hay
una presencia con uno de dos polos predominante: EL BUEN CREYENTE es
LUZ en el MUNDO. EL MAL CREYENTE es tropiezo y oscuridad. Puede,
inclusive, no identificarse como creyente permaneciendo en el más
absoluto anonimato, pero si su corazón no está con Dios no sólo no
será de bendición, sino que además de ello será motivo de atraso.
Esto
es extrapolable al grupo, al conjunto, a la masa social que se
comporta de la misma manera en un todo coherente como si se tratara
de una sola persona. La suma de las maldades, desobediencias, odios,
maledicencia, rechazos, discriminación, en pocas palabras: PECADOS
individuales de muchos seres humanos, genera conflictos, corruptela y
lleva a países enteros a la guerra y a la miseria.
En
cambio la suma de las bondades, la obediencia, el respeto, el amor,
el servicio, elevados valores que construyen, enriquecen y tienen su
base en la Palabra de Dios, conducen a los grupos humanos, masas
sociales e inclusive países, a la prosperidad y a la paz.
La
Iglesia, como grupo humano que es, no está exenta de esta realidad.
Con sus notables aciertos, devoción, obediencia y sujeción a la
Voluntad de Dios, supo ser de gran bendición para la humanidad en el
transcurso de la historia del mundo. Asimismo, con sus desaciertos,
transgresiones, divisiones y contiendas, también abrió heridas que
sangran todavía. Su influencia en uno u otro sentido, se hizo notar
y sentir. En la actualidad, esto no ha cambiado y permanece más
vigente que nunca tal como en los primeros tiempos.
Una
iglesia que enseña y practica la Biblia es de bendición para la
comunidad en la que se encuentra. Una Iglesia que no enseña la
Biblia y no la pone en práctica como es debido, no solamente no es
de bendición, sino que es un perjuicio para su entorno.
“In
God we trust”
(Confiamos
en Dios)
dice una inscripción en los billetes de dólares estadounidenses. Y
es que los antiguos colonos en su mayor parte provenientes de Europa
que fundaron ese país arribaron a las costas americanas perseguidos
POR CAUSA DE SU FE. Como resultado de su obediencia y fe, Dios
levantó en ellos una nación grande y poderosa. Hoy tal vez muchas
cosas sean diferentes en ese país, pero en su momento fue así y
Dios obró.
La
Inglaterra de los siglos XVII y XVIII fue uno de los países europeos
protagonistas de grandes despertares en la fe. Exportó misioneros
con el mensaje salvador y sanador de Nuestro Señor a todo el mundo
durante un avivamiento sin precedentes en la historia de la
humanidad. Por esa época nacieron el YMCA
(Young Men’s Christian Association-Asociación Cristiana de Jóvenes
Hombres), el YWCA
(Young Women’s Christian Association-Asociación Cristiana de
Jóvenes Mujeres), las Sociedades Bíblicas, y el Ejército de
Salvación, iniciativas privadas con base en la iglesia, que sin
descuidar los aspectos espirituales de su mandato de predicar el
Evangelio, también se ocuparon en forma concreta de su
responsabilidad social con el prójimo y las necesidades de una
sociedad agobiada por el pecado, la injusticia social, el tráfico de
vidas humanas y los abusos de poder.
Sin
importar tiempos ni lugares, iglesias cristianas conscientes de su
responsabilidad espiritual e influencia social fueron de enorme
bendición para millones de seres humanos en el Poder de Nuestro
Señor.
No
obstante ello, también se conocen las divisiones, conflictos y
escándalos de las iglesias que tanto daño han hecho a la Fe y a las
personas. Que hoy muchos cuestionen el Señorío de Dios y la Deidad
de Cristo, también se lo debemos entre otras cosas, a iglesias que
no enseñan la Biblia.
Había
en un pueblo una pequeña Iglesia. Nadie tenía mayores problemas,
las familias asistían cada domingo a los servicios. Además tenían
reuniones y actividades durante toda la semana y para toda la
familia. Ir a la iglesia era algo agradable y placentero.
Todo
anduvo bien, hasta que la Comuna autorizó el establecimiento de un
prostíbulo enfrente mismo del templo. Después de numerosas e
infructuosas gestiones administrativas y legales por parte de la
iglesia, las autoridades finalmente dejaron en firme el permiso para
que el antro funcionara libremente, aduciendo que todo estaba en el
marco de la más estricta “legalidad” y conforme a la
reglamentación vigente. No había más nada que hacer.
(1ra.
Juan 2:1 RVR2000)
Entonces,
los creyentes se acordaron de SU ABOGADO y comenzaron a ayunar y
clamar al Señor. Poco tiempo después el prostíbulo cerró. Nunca
se supo a ciencia cierta qué había pasado, pero a modo de señal de
Dios, el edificio permaneció abandonado por años deteriorándose,
literalmente cayéndose de a pedazos, hasta que finalmente fue
demolido por las autoridades de turno.
“Entonces
Jonás oró al Señor su Dios desde dentro del pez, diciendo: En mi
angustia clamé a ti, Señor, y tú me respondiste.
Desde
las profundidades de la muerte clamé a ti, y tú me oíste.”
(Jonás
2:1 y 2 DHH1996)
Creyentes
dormidos en los laureles sufrieron la presencia de un sitio de
inmoralidad en su pequeño pueblo, enfrente mismo de su templo. Los
mismos creyentes avivados en la llama de la fe y la oración lo
hicieron desaparecer con el poder del Señor.
Un
pasajero creyente huyendo de Dios trajo una tenebrosa tempestad hasta
que tuvo que ser arrojado por la borda. Esa misma vida restaurada en
comunión con su Dios finalmente es vista como una figura de Cristo,
que tras permanecer en las entrañas del pez finalmente pudo
ver la luz para ser luz
en la ciudad de Nínive.
Sal
de la tierra, luz del mundo
"Ustedes
son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo
recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente
la deseche y la pisotee.
Ustedes
son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede
esconderse.
Ni
se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el
contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que
están en la casa.
Hagan
brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las
buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”.
(Mateo
5:13-16 NVI1984)
La
Biblia y la vida misma están repletas de ejemplos de esta polaridad
que es parte de la “naturaleza
sobrenatural”
de la que hemos sido dotados los creyentes. Luz del mundo, sal de la
tierra HEMOS SIDO LLAMADOS Y DOTADOS PARA SER.
Las
acciones individuales de los creyentes -o la falta de ellas-
extrapoladas al ámbito del grupo o masa social no constituyen un
elemento neutro en su comunidad. Los creyentes somos de bendición o
somos tropiezo.
A
través de la historia de los últimos dos mil años, podemos ver
cómo la iglesia ha influido en la sociedad y en un sentido o en
otro, aún continúa haciéndolo. Durante el transcurso de todo este
tiempo tuvo notables avances, como así también retrocesos. Si hizo
las cosas bien, fue de bendición. Si hizo las cosas mal o no las
hizo, avanzó el dolor y la oscuridad.
“Transformación
no es lo mismo que salvación espiritual. La transformación comienza
con la salvación espiritual pero es mucho más. La transformación
viene cuando las personas hacen la voluntad de Dios.”
(Bob Moffit-Karla Tesch. Si Jesús fuese alcalde. Peniel. Buenos
Aires. 2009.pg. 168 Cap. 9 “Transformación a través de la
iglesia local”.)
Vidas
transformadas en el Poder de Cristo irradian transformación. Esto se
ve con claridad en la manera en que los hijos tratan a sus padres,
el amor y responsabilidad con que los padres conducen sus vidas y
familias; cómo los estudiantes llevan adelante sus estudios y se
relacionan con sus profesores; como las personas se relacionan con
otras, el amor intencional que prodigan a sus prójimos; en qué
medida los creyentes se involucran en un servicio activo, permanente,
habitual en nombre de Jesús a la comunidad en la cual viven o tienen
más relación; cómo se ocupan de los ancianos, enfermos, pobres y
necesitados, pero fundamentalmente, en cómo se conectan con la
agencia de Dios para la transformación, o sea la Iglesia local.
El cristianismo: revolución profiláctica
En
mis épocas de juventud tuve oportunidad de formar parte de un
reconocido grupo de investigación en la Ciudad de Mendoza,
Argentina. El mismo estaba dirigido por un conocido profesor
universitario, a quien tuve oportunidad de presentar el mensaje del
Evangelio y de quien aprendí mucho sobre metodología de la
investigación. Aunque han transcurrido los años, aún conservo
gratos recuerdos de su persona. En una oportunidad, este profesor se
refirió a Jesús como “un
revolucionario”
y calificó su mensaje como “una
revolución profiláctica”.
Con mis jóvenes veinte años no estaba capacitado entonces para
entender este aspecto del mensaje de Nuestro Señor toda vez que es
mucho más que eso, por lo cual me causó cierto rechazo.
Hoy,
pasados los años, y a la luz de la influencia de Su Palabra en el
transcurso de la historia de la humanidad, puedo comprender que
además de traer salvación, transformación y vida, el mensaje de
Jesús, fue verdaderamente revolucionario. Toda una revolución no
sólo conceptual, sino también profiláctica.
En
las antiguas mitologías y religiones politeístas de Grecia y Roma,
sus dioses estaban demasiado ocupados en luchas entre sí y en sus
propios placeres e intereses, hechos a imagen y semejanza de su
creador: el hombre. Reaccionaban con ira y con frecuencia había que
“sobornarlos” con algún sacrificio, cuantiosa ofrenda individual
o colectiva, o la construcción de un fastuoso templo para que
actuaran a favor del hombre o abandonaran por algún tiempo su
animosidad contra él. Si había quienes justamente no ocupaban su
centro de atención, esos eran sus propios adoradores. Por ahí se
dignaban bendecir al hombre con algo, como limosna de favor.
Los
cristianos, en cambio, presentaron un Dios verdaderamente
revolucionario. Un
Dios que ama a las personas y se interesa personalmente por ellas.
Los
padres romanos, con todo su Derecho y legislación tan bien
estructurada, podían disponer de la vida de sus hijos como si fuera
de su propiedad y resolver su muerte si así lo consideraban
necesario. Si la niña recién nacida no convenía a los intereses de
la familia, simplemente se la podía “desechar”. A los niños
nacidos con algún grado de discapacidad o malformación también se
los “desechaba”. Han sido hallados cementerios llenos de pequeños
esqueletos pertenecientes a hijos no deseados.
”Pagans
in the Roman Empire had a very different view about the value of
human life than we do today.Los
paganos en el Imperio Romano tenían una visión muy diferente sobre
el valor de la vida humana de lo que es hoy. El infanticidio era
legal y alentado en la antigua Grecia y Roma. Otras sociedades
paganas, como los cartagineses, fueron tan lejos como para matar a
sus hijos como sacrificios religiosos a sus dioses. Según Plutarco,
los cartagineses «ofrecían
a sus propios hijos, y los que no tenían hijos compraban los más
pequeños a familias pobres y los degollaban como corderos».
(Moralia 2.17).
(http://www.christiancadre.org/member_contrib/cp_infanticide.html)
El
cristianismo contrariamente a todo esto, enseñó que los hijos no
son propiedad, sino una bendición de Dios y a amarlos como tales,
sin importar su sexo, grado de capacidad o discapacidad.
Y
como si esto no fuera suficiente, fueron aún mucho más allá.
Presentaron a un Dios que en lugar de exigir sacrificios de niños,
fue Él
mismo quien entregó a su propio Hijo en sacrificio.
Las
creencias y prácticas del cristianismo primitivo generaron un
tremendo impacto en su cultura contemporánea y en el mundo de su
entorno. Tan grande como duradero, ya que sus ecos todavía
persisten.
Los
romanos amaban sólo a sus familias, su misma clase social y las
conveniencias. El Dios de los cristianos enseñaba a amar y servir al
“prójimo” desinteresadamente, es decir, amar al otro sin
importar clase social, intereses ni correspondencias.
Los
cristianos esclavos se referían a su señor como “hermano” y
entre los creyentes no había grupos por élite social. Algo
verdaderamente inconcebible entre los romanos principalmente, donde
los nobles no se juntaban con gente de inferior rango social ni mucho
menos con pobres.
Los
cristianos presentaron un Dios que demandaba a sus creyentes
misericordia con su prójimo. La misericordia no figuraba
precisamente en el diccionario de los romanos. Un emperador romano no
tuvo mejor idea para festejar el cumpleaños de su hijo, que en lugar
de traer bufones y malabaristas, trajo gladiadores para que se
matasen entre sí.
Los
cristianos cuidaron enfermos durante graves epidemias, ya que no
tenían miedo a la muerte. Los paganos de la época abandonaban a sus
moribundos para dejarlos morir en las calles por temor de enfermarse
ellos.
Por
otra parte, el
cristianismo surgió en un momento de crisis o de agotamiento del
pensamiento filosófico clásico. Nunca en mejor momento para
impactar fuertemente sobre la cultura de su entorno.
El
sociólogo Rodney Stark supone que en 40 d.C. deberían haber
existido unos mil cristianos entre la población del imperio estimada
en unos 60 millones. Unos 300 años después calcula que la población
cristiana debió haber sido de poco más de 6 millones, es decir
aprox. un 10%. (Si Jesús fuese alcalde. Bob
Moffit-Karla Tesch. Peniel.
Buenos Aires. 2009)
El
cristianismo con tan baja proporción, generó una transformación
sin precedentes en la historia de la humanidad. Un movimiento
religioso nacido en los confines del imperio, aborrecido por los
ciudadanos romanos terminó convirtiéndose en unos 300 años, en la
religión oficial del Imperio. (Antonio
Piñero. Art.: “Rodney Stark. La expansión del cristianismo. Un
estudio sociológico”)
“Diversos
factores coadyuvaron a la amplia difusión del Cristianismo en sus
comienzos:
-El
descontento hacia los viejos credos, carentes de contenido espiritual
y basados sobre todo en obediencia a ritos y ceremonias religiosas.
-La
existencia de grupos judíos en todo el Imperio, en cuyo seno se
extiende en principio
-El
contenido humanitario de su doctrina, fuente de esperanzas para
millones de seres explotados por las duras condiciones de vida de la
época
-Las
distintas vinculaciones entre las distintas regiones del mundo romano
-La
abnegación de la mayoría de los predicadores cristianos que
asombraron a las masas con su vocación de sacrificio”. (Art.:
EL IMPERIO UNIVERSAL ROMANO: “El legado cristiano”. Autor
desconocido.
http://pdf.rincondelvago.com/el-cristianismo-en-roma.html)
Los preceptos bíblicos implícitos en la Legislación de muchos países
Iglesias
involucradas con la Gran Comisión obtuvieron de parlamentos y
gobiernos legislaciones destinadas a mejorar la salud pública,
proteger a los pobres, a las víctimas de la explotación y terminar
con la esclavitud. La influencia de estas iglesias sembró la semilla
de los Derechos Humanos para los Humanos Derechos (los verdaderos
Derechos Humanos), la igualdad social y los Derechos del Niño.
Desde
muy temprano en la historia del cristianismo, sus enseñanzas han
sido de notable influencia en las comunidades. El escritor Eusebio de
Cesarea escribió en su “Historia eclesiástica”:
“ Así
pues, en toda ciudad y aldea, como en una era repleta, se formaban,
simultáneamente,
iglesias con muchísimos asistentes, aquellos que por sucesión
hereditaria
y por el extravío original tenían sus almas encadenadas a la
antigua epidemia de la superstición idolátrica, y gracias al poder
de Cristo, y por medio de la enseñanza y los milagros de sus
discípulos, abandonaron los ídolos como si se tratara de amos
terribles, habiéndose ya liberado de sus amargas prisiones; además
desecharon definitivamente todo politeísmo demoníaco y confesaron
la existencia de un solo Dios, el Creador de todas las cosas. A este
Dios veneraban con los ritos de la piedad verdadera, siguiendo un
culto divino e inteligente: el que nuestro Salvador habí engendrado
en la vida de los hombres”. Eusebio
de Cesarea – Historia Eclesiástica . Libro II. Cap. III. párrafo
2
De
todas las profesiones religiosas del mundo, el cristianismo, en su
conjunto de doctrinas es la más favorable a la libertad y a la
igualdad entre los seres humanos.
Alguien
dijo que existen millones
de leyes
en el mundo para hacer cumplir tan sólo DIEZ
MANDAMIENTOS.
La
gran mayoría de las legislaciones de los países del mundo
occidental incluyen de forma explícita y/o implícita, valores
basados o heredados del cristianismo y de los Diez Mandamientos. La
prohibición de disponer de la vida de otro ser humano o de sus
bienes; “no matar”, “no robar”, p.ej. Sus constituciones
están repletas de valores asociados al cristianismo.
La
democracia contemporánea reconoce entre muchos otros conceptos, la
igualdad de derechos de todos los seres humanos sin distinción de
sexo, raza, culto, o capacidad de las personas. Esto es una de las
primeras cosas que enseñó el cristianismo cuando puso a todos los
hombres en igualdad de condiciones delante de Dios.
Tomar
conciencia
Jesús
dijo:
“Por
tanto, id, y enseñad a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles
que guarden todas
las cosas que os he mandado;
y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
siglo. Amén”.
(Mateo
28:19-20 RVR2000)
Muchas
iglesias con sus actividades, programas y tareas enfocados en los
aspectos espirituales de la Gran Comisión descuidaron el rol de su
responsabilidad e influencia social con el Evangelio. Está muy bien
y es bíblico que enseñen los aspectos espirituales de las
Escrituras. Así debe ser. Pero cuando Jesús dice: “id
por el mundo... enseñándoles TODAS
LAS COSAS
que os he mandado”,
justamente se refiere a TODAS
y en un todo, no solamente a un aspecto de ellas. Jesús enseñó
mucho más de lo que dijo. Enseñó con sus palabras, y también con
sus actos a amar al prójimo como a sí mismo y a cuidar del pobre,
del enfermo, del desprotegido y del necesitado.
Otras
instituciones religiosas, en cambio, se transformaron en ayudas
sociales descuidando el aspecto espiritual.
Finalmente
otras iglesias sufrieron la instalación de contiendas y conflictos
dentro de su seno. Hace un tiempo, escuchaba la conversación de dos
adultos jóvenes que se encontraban en el transporte público de
pasajeros. Al parecer, hacía mucho que no se veían y ambos eran
creyentes que habían asistido a una misma iglesia durante algún
tiempo. Uno aún permanecía congregándose, el otro muy
decepcionado, y considerablemente resentido había dejado de
congregarse a causa de un conflicto. Pese a los esfuerzos de uno en
evitar el tema delante de incrédulos, el otro joven no hacía otra
cosa que volver reiteradamente una y otra vez sobre lo mismo
quejándose, descalificando a pastores y maestros, profiriendo
comentarios negativos e incluso, peyorativos y difamatorios contra la
iglesia. Así como podía escucharlo quien esto escribe, una cantidad
de personas más sin formación cristiana podían oír su prédica
contra la iglesia.
Cuando
estas cosas pasan, está claro que además de muchas razones
posibles, hemos perdido de vista -como individuos y como iglesia- que
así como un cristiano no es una entidad neutra dentro de la
comunidad en la que se desenvuelve, una iglesia tampoco lo es. La
Iglesia de Dios, -la suma de los creyentes- tiene una ENORME
RESPONSABILIDAD PARA CON SU ENTORNO y una marcada influencia que no
debe por ningún motivo subvalorar ni mucho menos ignorar, tanto en
lo espiritual como en lo social. La Iglesia es la agencia establecida
por Dios en la tierra para el cambio y la transformación de las
vidas.
Aún
los que profesan ser ateos y niegan la existencia de Dios, lo hacen
bajo la luz del cristianismo y la influencia de la Iglesia: no
se puede rechazar ni negar algo de lo nunca te hablaron.
Somos
luz, o nuestra luz proyecta más sombras que luces. Somos sal de la
tierra, o nuestro cristianismo tiene gusto a tierra.
Bibliografía:
Eusebio
de Cesarea – Historia Eclesiástica. Edición electrónica en
*.pdf. USA. 2008.
Bob
Moffit-Karla Tesch. Si Jesús fuese alcalde. Peniel. Buenos Aires.
2009.
Los
Generales de Dios. Roberts Liardon. Peniel. Buenos Aires. 2000.
Diccionario
de Mitología. Hernán di Nucci. Pluma y papel Ed. Buenos Aires.
2008.
Grandes
Civilizaciones: Roma. Ada Gabucci. RBA Edipresse S.L. Barcelona.
2008.
Our
daily bread. Devocionario
cristiano. Florida, USA. 1983.
Nuevo Manual de Usos y
Costumbres de los tiempos bíblicos. Ralph Gower. Portavoz. Gran
Bretaña. 1990.
Biblioteca
electrónica “e-Sword”. Rick Meyers. USA. 2009.
Ensayo “El cristianismo:
Su influencia en la sociedad y cultura”. Mario Riquelme Rocuant.
Universidad ARCIS. Escuela de historia y ciencias sociales– Cátedra
de Historia medieval y transición a la modernidad.
http://docs.google.com
Art.: EL
IMPERIO
UNIVERSAL ROMANO: “El legado cristiano”.
Tesis de Autor desconocido.
http://pdf.rincondelvago.com/el-cristianismo-en-roma.html
Art.: Expansión del
cristianismo durante el Imperio Romano. Juan Antonio Cabezos
Martínez.
http://www.contraclave.org/historia/expansion_cristianismo.pdf
Antonio
Piñero. Art.: “Rodney Stark. La
expansión del cristianismo. Un estudio sociológico”.
www.tendencias21.net
DHH: Dios Habla Hoy
NVI: Nueva Versión Internacional
RVR: Reina-Valera Revisión
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