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Quiero ser Águila

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Por: Jésica Andrea para www.larocaministerios.blogspot.com Quiero ser águila cuando el viento me empuje hacia atrás, Quiero ser águila cuando la lluvia caiga y moje mis fuerzas tratando de derribarme Quiero ser águila cuando el invierno llegue, cáigala nieve y la temperatura baje a tal punto de que trate de congelarme Quiero ser águila para cuando la desmotivación trate de derrumbar mi Fe Quiero ser águila para cuando la tristeza invada mi corazón Quiero ser águila para cuando la soledad trate de invadirme y adueñarse de mi Quiero ser águila para cuando los días se vuelvan noches Quiero ser águila para cuando la desesperación llegue Quiero ser águila para cuando la tormenta llegue y arrase con todo Quiero ser águila para cuando llegue la amargura quiera invadir mi espíritu Quiero ser águila para cuando el vacío intente desterrar todo lo bueno de mí Quiero ser águila para cuando el enemigo trate de herirme Quiero ser águila para cuando el enemigo quie

Lavar los pies

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. (Juan 13:4-5 y 13:14-15 RV60) Jesús enseñó en este pasaje de las Escrituras, una formidable lección de liderazgo y servicio a sus discípulos. Y hoy está más vigente que nunca. Hace unos años, una mañana mientras conducía las alabanzas en la apertura del culto, una hermana ubicada en los últimos asientos cantaba a viva voz. Pero lo hacía en forma desafinada y a destiempo, por lo que muchos de los que estaban cerca de ella se perdían e inconscientemente comenzaban a seguirla a ella. E

Cuestión de prioridades

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com “… durante aquellas siete horas, no pensé en cuántos libros había vendido, o qué clase de auto conducía (el cual iba a terminar en depósito de chatarra de todas maneras) o cuánto dinero tenía en mi cuenta bancaria. Toda esa clase de cosas se reducía a unas pocas preguntas básicas. “¿A quiénes amo? ¿A quiénes extrañaré? ¿Qué he hecho de mi vida? ¿Estoy preparado para lo siguiente?”. Desde ese día he tratado de vivir teniendo esas preguntas más presentes.” (Philip Yancey – “¿Para qué sirve Dios?”) Esto lo escribió uno de mis autores favoritos, en alusión a un terrible accidente automovilístico que casi le cuesta la vida. Estuvo suspendido en una camilla especial sin que tanto él como los médicos que lo atendían supieran con certeza si una pequeña astilla desprendida de sus cervicales, podía romper una arteria en su cuello provocando una hemorragia interna masiva y terminar con su vida en cuestión de minutos.

No como a mi me parece. Mas como El quiere.

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace unos días, vi a varias personas sufrir. Inclusive he recibido mensajes de personas que afrontan sufrimientos. En horas de la mañana, un hombre joven lloraba a lágrima viva sentado en la vereda de un templo católico ante la más absoluta indiferencia y apatía de numerosos transeúntes. A la tarde un ciego dio un mal paso y cayó a uno de los canales de irrigación (cunetas, acequias) de esos que abundan en mi ciudad, de los que a menudo hablo en algunos de mis escritos. Y por último, al anochecer, acompañé a mi hija al odontólogo. Por el hombre que lloraba a las puertas del templo, no pude hacer nada. Su llanto y sus lágrimas me conmovieron, en abierto contraste con la indiferencia de la gente que pasaba. Iba con el tiempo justo a una audiencia en representación de un cliente y esa era mi responsabilidad para ese momento. Al ciego lo ayudé a salir de la cuneta junto con otras personas que en ese momento p

Enojados con Dios, pero… ¿con qué dios?

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Por Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com Hace unos años atrás a poco de habernos casado, pasamos por una de las más difíciles pruebas de nuestras vidas. Esperábamos un bebé, y un día ya no hubo más bebé que esperar. Tenía un trabajo que no prometía demasiado, pero la paga era puntual y era buena. Un súbito cambio en las finanzas del país obligó a todas las entidades bancarias y financieras a reestructurarse… ya no hubo más trabajo para mí. Un amado hermano en el Señor, muy cercano a la familia supo que disponíamos de algo de dinero, producto de la indemnización por el despido y aprovechó para proponernos “invertir” en su negocio. Un buen día cerró su negocio y se fue a vivir a otro lugar. Fuimos embaucados. Ya no hubo más dinero. Asistíamos con mi joven esposa a una pequeña iglesia, que tampoco prometía mucho, pero de la que nos sentíamos parte de ella y en la que, en alguna medida estábamos contenidos… Un penoso evento ajeno a nuestras vidas y circunstancias

Como si fuera el último día

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Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com “ Usa tus ojos como si mañana fueras a quedar ciego; escucha la música de las voces y el canto de un pájaro como si mañana fueras a quedar sordo”. (Helen Keller). Lo hizo con autoridad, cuando escribió esta cita. Me asombra y provoca admiración la vida de Helen Keller, escritora, oradora y activista política sordo-ciega estadounidense nacida en Alabama, EE.UU. en junio de 1880. A la temprana edad de 19 meses, sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición. En un estado de aislamiento casi total, su incapacidad para comunicarse desde tan pequeñita fue terriblemente traumática no sólo para Helen sino también para su familia, por lo que a la edad de siete años, sus padres buscaron una instructora personal para ella. Fue así como el Instituto Perkins para Ciegos les envió a una joven especialista, Anne Sullivan, quien se encargó de su formación y logró un notable avance en la

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  Por: Luis Caccia Guerra para www.devocionaldiario.com La Revolución naranja consistió en una serie de protestas y acontecimientos políticos que tuvieron lugar en Ucrania, desde finales de noviembre de 2004 hasta enero de 2005. Estas protestas ocurrieron en el contexto de las elecciones presidenciales, en las cuales hubo fuertes reclamos de corrupción, intimidación de votantes y fraude electoral directo. El color naranja fue adoptado originalmente por el campo político de uno de los candidatos a los que el fraude electoral había perjudicado, como el color significativo de su campaña electoral. Al momento en que las protestas masivas incrementaron, y especialmente cuando provocaron el cambio político en el país, el término de "Revolución Naranja" representó toda la serie de eventos. El lazo naranja, es símbolo de la Revolución Naranja ucraniana. Los lazos son representaciones comunes de la protesta no violenta. ( https://es.wikipedia.org/wiki/Revolució