365: Gratitud, gratitud y gratitud

Alex López
La Catapulta
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Todos los derechos reservados-Publicado con permiso


El 24 de marzo – ya hace un año -, mi vida cambió por completo. Dejé de servir y de trabajar, en un precioso lugar, en donde experimenté el amor de Dios entre sus miembros, desarrollé mi liderazgo, el de otros y pude ver a muchos creer en el evangelio de Jesucristo y vivir una vida nueva en él.

Lo único que puede sostenernos en cualquier momento y ante cualquier cambio inesperado de la vida es Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

El predicador John Piper dijo: “¿Cuál es entonces el fundamento de Romanos 8:28? ¿Dónde pueden encontrar aquellos que aman a Dios, la seguridad de que la tribulación, y la angustia, y el hambre, y la desnudez, y el peligro y la espada, y la mortandad, cooperarán para su propio bien? La respuesta es que aquellos que aman a Dios son también los que han sido llamados por Dios, y que su llamado no está basado en algo tan vacilante e incierto como nuestro compromiso a Dios, sino solo en su propósito eterno de elección, por el que Dios me favorece sin tener en cuenta ninguna de mis obras.

Nuestra confianza de que todas las cosas difíciles y felices de nuestra vida realmente se convertirán en servidoras de nuestro bien, está basada no solo en el hecho de que hay una promesa en la Biblia, sino en el hecho de que desde la eternidad Dios, en su gran misericordia, nos ha escogido para que disfrutemos su banquete, y nos ha dado evidencia de nuestra elección al crear en nosotros corazones (que antes eran piedras) que aman a Dios”.

Creo firmemente que “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Y tengo gratitud por ello.

Tengo gratitud en mi corazón hacia Dios por mi esposa y mis cuatro hijos: Aixa, Ana Isabel, Juan Marcos, Evelyn y Darly. Aixa anda dando capacitaciones en Chile con otros hermanos de la Alianza Cristiana para los Huérfanos, pero ayer, con mis hijos hicimos un círculo y oramos dando gracias porque no ha faltado nada, sobre todo su presencia. Oramos porque Dios nos conceda amarlo y dimos gracias porque sin Jesús y su obra en la cruz, todos, estaríamos perdidos y condenados a muerte y muerte eterna.

Tengo gratitud en mi corazón por la congregación a donde asisto, en donde sólo soy oveja y estoy siendo pastoreado, lo que implica hablar de los temas que no me gustan, ser confrontado y confortado con la Palabra. Somos parte junto a toda mi familia de un grupo pequeño, lugar en donde la fe se vive en comunidad y todos nos cuidamos y amamos.

Tengo gratitud en mi corazón porque he podido estar dando capacitaciones en distintas iglesias a pastores, sus equipos principales y en algunos casos, a toda la congregación. También he estado capacitando a empresas sobre finanzas personales, el Árbol de la Productividad, otros temas y dando Coaching Ejecutivo. Disfruto capacitar y ayudar, es algo que, aunque fuera millonario, seguiría haciendo de gratis.

Tengo gratitud en mi corazón por la empresa que me contrató por un paquete de horas al mes, para ser asesor del Gerente General y apoyarlos en todo lo que también me apasiona. Pocos lo saben, pero además de mi preparación bíblica estudié una Licenciatura en Informática y Administración de Negocios y una Maestría en Administración de Empresas con especialización en Estrategia, ambos títulos de la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala. También soy Coach Ejecutivo Certificado, poseo una Especialización en Gerencia de Negocios y estudié el Programa de Family Business, las tres del INCAE en Costa Rica. Pero estoy agradecido, porque lo que tengo, lo he obtenido no por mi capacidad, sino por la mano bondadosa de Dios y porque a Él le plació.

Tengo gratitud en mi corazón porque pude continuar estudiando una Maestría en Estudios Bíblicos en el Southeastern Baptist Theological Semminary en Carolina del Norte. Por ratos, debido a los compromisos, me dan ganas de tirar la toalla, pero por ahora, sigo estudiando y aprendiendo.

Tengo gratitud en mi corazón por los amigos que siguen siendo amigos como si nunca hubiera existido cambio alguno. Y por los nuevos, que Dios ha provisto en el caminar de este año. También por aquellos, que en los momentos más difíciles estuvieron allí. Es más fácil ser necesarios que necesitados. Y todos debemos aprender a ser necesitados, recibir y dejarnos ser amados. Y por eso, también estoy agradecido. Sabía muy bien lo que era ser necesario, estoy aprendiendo a ser necesitado. Y eso, lo cambia todo, para mi bien. Anoche y sin planificarlo, nos juntamos 4 amigos con los que nos graduamos del colegio. Que rico sentí tenerlos cerca y amarnos en nuestro trato. Tan necesario ser amado y amar, el segundo mandamiento.

Tengo gratitud en mi corazón porque estoy más consciente que nunca, de mi maldad y de mi Salvador. Como dice Piper: “Su llamado no está basado en algo tan vacilante e incierto como nuestro compromiso a Dios, sino solo en su propósito eterno de elección, por el que Dios me favorece sin tener en cuenta ninguna de mis obras.” Sin la obra de Cristo en Jesús, estaría perdido. Es ella y correr a ella diariamente, la que me sostiene. Tengo un llamado inmerecido, una salvación inmerecida y una vida eterna inmerecida.

Tengo gratitud en mi corazón porque sé que soy un simple mortal al servicio del Inmortal. Mi muerte podrá ser hoy y nada en este mundo se detendrá. Mis logros y celebraciones, en 100 años no serán recordados por ninguno y el cuerpo volverá al polvo y el espíritu a Dios quien lo dio. No tengo que actuar con mayor esfuerzo nada más o aparentar, sino descansar en la obra de Cristo y vivir confiado que es a El a quien necesito. No un maestro más, la divinidad que dejó la gloria para mostrarme lo que amar es. Vivir en obediencia y sin ser pecador, para morir como pecador para reconciliarme a mi pecador, por medio de su sacrificio con el Padre Dios. Porque sé que no soy nadie, soy algo y algo demasiado inmerecido, un hijo de Dios por la obra de Cristo en la cruz. En él descanso y oro porque mi esposa, mis hijos y usted, siempre descansemos.

A pesar de lo que pueda estar viviendo. ¿Gratitud por qué cosas tiene usted? “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28

“Así que nosotros, que estamos recibiendo un reino inconmovible, seamos agradecidos. Inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a él le agrada, con temor reverente, porque nuestro «Dios es fuego consumidor».” Hebreos 12:28

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