AMOR CHOCOLATE
La Catapulta
http://lacatapulta.net/vidacristiana/
Todos los derechos reservados-Publicado con permiso
Y de pronto descubrieron un tumor canceroso en mi cuerpo. Tenía sólo 19 años de edad. Luego de una operación pasé por cuatro ciclos de quimioterapia. En otra ocasión le cuento lo que aprendí durante este tiempo de tantos pensamientos y sentimientos.
El cáncer no me mató, pero algunas visitas, casi. Están los que llegan a contar historias como: “mi tío tuvo cáncer y fíjate que a los seis meses ¡se murió!” Aquellos ánimos que le dan a uno.
Algunos no me visitaron, pero sí me enviaron tarjetas o cartas. Recuerdo uno de los comentarios de un amigo del grupo de jóvenes de la iglesia: “Tranquilo mi amigo, ¡mala hierba nunca muere!” ¡Jajaja! Amigos que le sacan la risa a uno.
Pero tuve una visita muy interesante de alguien que me conocía desde los dos años de edad. En ese entonces, en Guatemala, no vendían los chocolates Kit Kat. Uno de mis conocidos, ya en su tercera edad, era diabético pero le encantaban esos chocolates. Así que los compraba en los Estados Unidos, los traía a Guatemala y los contemplaba sin compartirlos con nadie más.
Era una persona que hacía unos cinco años había enviudado. Su esposa conmigo siempre muy amable y generosa. Desde invitarnos a una salida por ahí o regalarme una t-shirt de la Esso, que era uno de los negocios que tenían, una gasolinera.
El esposo, ahora viudo, era diferente. Alguien de pocas palabras para expresar sus emociones. Muy bueno para hablar en persona, desde la plataforma y bueno para sacar las risas a expensas de otros.
Fue una visita muy inesperada para mí, cuando me dijeron que había llegado a la casa. Bajé y me recibió con un abrazo. Platicamos de todo. Dentro de otras cosas, a pesar de ser el doctor, me decía: “A los doctores no hay que creerles todo. Antes que comer mucho huevo era malo para salud. Y, resulta que ahora no es malo”.
Me contó sobre ciertos momentos tristes que había vivido, pero que había que tener fe en Dios y una buena actitud ante lo que viniera.
Antes de irse, sacó dos chocolates Kit Kat y los puso sobre la mesa mientras exclamaba: “Fue un gusto visitarte, que sigas mejor y se despidió de mí.
Ese día entendí que todos amamos de diferentes maneras. Pero que nuestro llamado es a amar con el lenguaje del cielo manifestado en Cristo Jesús. Ese día recibí amor chocolate.
Cuando le conté a su única hija sobre su visita y los chocolates me dijo: “Mi papá sí te quiere. Porque esos chocolates los contempla”.
Cada vez que veo los chocolates Kit Kat. Recuerdo esa visita inesperada, de un hombre que casi no abría su corazón pero que ese día, se abrió conmigo y me hizo sentir amado.
Amor chocolate es amar con lo que nos gusta y valoramos. Amor del cielo fue amor de todo en Jesús. Y, él dio su vida por nosotros y nos manda a dar la vida por los demás.
Con palabras, presencia, abrazos, notas o con chocolates Kit Kat, amemos con el amor que el Padre nos da. Porque Dios es amor y el que no ama, no conoce a Dios.
«Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.» La Biblia en Romanos 5:8
“Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados. Queridos hermanos, ya que Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto jamás a Dios, pero, si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente.” La Biblia en 1 de Juan 4:7-12
Comparta esta publicación con sus amigos.
Comentarios
Publicar un comentario
Tu comentario nos interesa