Y por esta razón las ideas continúan escapándoseme
Alex López
La Catapulta
http://lacatapulta.net/vidacristiana/
Todos los derechos reservados-Publicado con permiso
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Es increíble, lo sé y me vuelve a pasar. Llega una idea y creo que la recordaré. Y al día siguiente, no recuerdo nada.
El sábado pasado estuve en la casa de unos amigos, celebrando con alegría y a la vez tristeza, que un sueño se cumplía. Para esta hija, el sueño de estudiar en el extranjero una maestría y en la universidad de sus sueños, se hacía una realidad.
Siempre vivo pensando en ideas. Ellas llegan o las dispara un comentario, un pensamiento o una historia. Pero lamentablemente como llegan, muchas veces se van. Durante esos momentos de convivencia por la despedida, vinieron a mi mente, como destellos de luz, tres publicaciones para este blog y con unas aplicaciones ¡Wow!
El único problema, no fue saber, fue no hacer. Cuántas veces no le he dicho a mis amigos, anoche se me vino una idea, pero no la anoté, ni la guardé en mi teléfono celular. Y hoy, no recuerdo nada. Y eso me atormenta. Porque he pedido algo valioso, que, por lo general, es una idea que nunca jamás volveré a recordar.
No sólo me atormenta el hecho de perder algo valioso, sino de que por pretender que puedo confiar en mi memoria y en la frescura de la idea del momento me auto engaño y no sólo me privo de escribir algo edificante para este blog, sino a cada una de las más de 150,000 suscriptores del mismo.
¿Se da cuenta hasta dónde llega el impacto de mi irresponsabilidad? Una irresponsabilidad producto de mi auto confianza en recordar cosas – que ya sé que no voy a recordar –. ¿Ha cuántos de mis lectores pudo haber edificado o cambiado sus vidas una de esas publicaciones que por mi auto engaño no anoté la idea? En este sentido, fui un irresponsable.
Sí, yo fui el que resumí este proceso en una frase y hasta la he enseñado en los cursos que imparto: El que no anota, no anota. Queremos echar goles con las ideas que vienen a nuestra mente o enseñanzas que recibimos, tenemos que aprender a registrarlas física o electrónicamente. ¿Lo hace usted?
¿De qué hablaron el fin de semana en su congregación?, ¿Qué pasaje bíblico principal usaron?, ¿Qué conceptos memorizó o puede compartir hoy sobre lo que escuchó a otros para su edificación?, ¿A qué se comprometió después de escuchar ese mensaje?
El fin de semana escuché presencialmente el mensaje: El falso y el verdadero arrepentimiento. Algunas ideas principales fueron:
“El evangelio nos justifica, pero también nos santifica cambiándonos diariamente y formándonos a la imagen de Cristo.”
“El que ha entendido el evangelio no anhela sólo ser perdonado de los pecados, sino que también anhela crecer en Dios hacia una vida libertad.”
“Las primeras palabras de Jesús: “Arrepiéntanse y crean en el evangelio.” Arrepentimiento y fe. Son dos cosas que deben tenerse en la vida para verdaderamente ver cambios.”
“El arrepentimiento es cambiar de opinión para ir en una nueva dirección. Es alejarnos de algo, para volvernos hacia algo.”
“El falso arrepentimiento es una vida enfocada en mí mismo, para mí mismo y hacia uno mismo.”
“Como seres humanos tenemos la misma capacidad de traición que Judas. Pedro también la tenía, pero no sólo sintió remordimiento, sino que se arrepintió de sus pecados”
“Para derrotar el falso arrepentimiento debemos identificar en nuestras vidas los patrones de remordimiento y resolución. Debemos dejar de compararnos con otros, pues no entendemos nuestra maldad. Nos creemos buenos porque nos comparamos con otros. Tenemos que comprender que nosotros no podemos ser la solución, cuando nosotros somos el problema. No hay un campeón dentro de nosotros, hay un pecador, necesitado de un Salvador”.
“El falso arrepentimiento nos hace creer que hay algo que nosotros podemos hacer para cambiar.
Nos enfocamos más en las malas acciones y en el sentimiento de culpa y vergüenza. Y dejamos ver el objeto de las consecuencias de nuestro pecado hacia Dios, en nosotros y hacia otros. El falso arrepentimiento produce sentimientos profundos de condenación y hasta a veces queremos sufrir por ello, cuando Cristo ya sufrió por nosotros en la cruz.”
“El verdadero arrepentimiento: Es el acto por el cual uno se aleja de su pecado y se vuelve a Dios en fe. Tal y como lo hizo el rey David después de ser adúltero y asesino. No cambiamos obrando, sino dejando primero que Dios obre en nosotros. Y reconociendo que todo pecado es primero un pecado ante la gloria de Dios”.
Lea el Salmo 51:1-17 y 2 Corintios 7:10
¿Por qué recuerdo todo esto? La verdad ya había olvidado la mayoría, pero como tomé notas, fui a mis notas y las copié acá. ¡Qué tan olvidadizos somos! ¿Qué pasaría si nuestro devocional diario incluyera un cuaderno con anotaciones de lo que leímos, lo que Dios nos habló, de lo que debemos aplicar, imitar, arrepentirnos y una oración escrita desde el corazón y producto de nuestro estudio bíblico?
A nosotros como pueblo de Cristo, nos faltan más notas en la congregación, más notas en cada mensaje, más reflexión en la palabra, más consciencia de nosotros mismos y más oraciones de arrepentimiento y confesión de cuán lejos estamos de ser como Cristo y recibir es gracia de su sacrificio en la cruz, nuestra reconciliación, nuestra vida nueva y esperanza eterna.
¿Qué puede hacer a partir de hoy para no olvidar nada, pero, sobre todo, para no olvidar a nuestro Dios, a Jesús nuestro Salvador, nuestro llamado y la revelación de su Palabra, para su vida cada momento de su vida?
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