PRODUCIR O CONSUMIR
Por: Fernando Alfredo Campeotto
Escrito originalmente para “Palabras
Transformadoras”
Se publica en este medio con permiso.
“Hay cambios que no dependen de vos, pero otros sólo se producirán por tu decisión”.
Vivimos insatisfechos, siempre deseando más, este modelo social de consumismo es un engaño…, gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos, descuidamos el Ser en pos del tener. Ninguna cosa saciará la sed de nuestra alma, sólo Dios puede hacerlo. El engaño del consumismo nos arrastra cual tornado. Hay un ataque masivo que nos invita a comprar, a consumir, pero Dios nos dice:
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”. (Hebreos 13:5-6)
El vivir por encima de nuestras posibilidades nos deja sin posibilidades de progresar, al contrario, el vivir por debajo nos permite crecer económicamente, esta es la clave del crecimiento económico. Sin embargo, la mayoría de las personas prioriza hoy el tener, sacrificando el Ser. Pensamientos y declaraciones como “no voy a esperar a tener mi casa para darme el gusto de cenas, fiestas, vacaciones…”, escuchamos a menudo…, entonces, date los gustos, ¡pero no esperes tener tu casa!
Necesitamos madurar y dejar el pensamiento infantil, desarrollando contentamiento en nuestra forma de vivir y aprendiendo a realizar sacrificios en pos de una economía saludable.
Debemos recordar que cuando más se tiene, más hay que mantener y cuidar. La mayoría de los errores económicos tienen su origen en la falta de contentamiento, es decir, en querer vivir en un nivel de vida sin que tengamos la capacidad para hacerlo verdaderamente. El contentamiento no es conformismo, sino que es estar contento con lo que tenemos hasta ahora (como dice la Palabra en Hebreos), disfrutando de eso…, en este tiempo esa falta de contentamiento en lo material se trata de suplir mediante la utilización negligente de nuestro tiempo y dinero. ¿En qué gastamos nuestro tiempo y dinero?
Corremos detrás de lo que el sistema de valores anti Dios nos ofrece a través de la publicidad, de las personas “famosas”, de todo un sistema de engaño para mantenernos insatisfechos de modo que sigamos consumiendo. No pongamos nuestra confianza y corazón en las riquezas y los bienes, porque nuestra vida terminará siendo una sucursal del infierno en la tierra.
Entonces, ¿qué debemos hacer?... Confiar en Dios que nos da todas las cosas y NO confiar en las cosas que Dios nos da… Confiemos en Dios que nos da trabajo y no en el trabajo que Él nos dio, confiemos en el Dios que nos dio el dinero y no en el dinero que Él nos dio. Debemos establecer prioridades en nuestras vidas y estas prioridades se establecen cuando podemos responder a la pregunta ¿Qué cosas son realmente importantes en mi vida? Cuando sabemos claramente la respuesta, quedamos libres del consumismo innecesario y dejamos de desperdiciar las cosas buenas que Dios nos ha dado para administrarlas correctamente.
¿Qué cosas son realmente necesarias e importantes para nuestra vida?
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